Romance de Aquel Hijo que no tuve Contigo, Rafael De León

Hubiera podido ser1
hermoso como un jacinto2
con tus ojos y tu boca3
y tu piel color de trigo,4
pero con un corazón5
grande y loco como el mío.6
Hubiera podido ir,7
las tardes de los domingos,8
de mi mano y de la tuya,9
con su traje de marino,10
luciendo un ancla en el brazo11
y en la gorra un nombre antiguo.12
Hubiera salido a ti13
en lo dulce y en lo vivo,14
en lo abierto de la risa15
y en lo claro del instinto,16
y a mí... tal vez que saliera17
en lo triste y en lo lírico,18
y en esta torpe manera19
de verlo todo distinto.20
¡Ay, qué cuarto con juguetes,21
amor, hubiera tenido!22
Tres caballos, dos espadas,23
un carro verde de pino,24
un tren con cuatro estaciones,25
un barco, un pájaro, un nido,26
y cien soldados de plomo,27
de plata y oro vestidos.28
¡Ay, qué cuarto con juguetes,29
amor, hubiera tenido!30
¿Te acuerdas de aquella tarde,31
bajo el verde de los pinos,32
que me dijiste: —¡Qué gloria33
cuando tengamos un hijo! ?34
Y temblaba tu cintura35
como un palomo cautivo,36
y nueve lunas de sombra37
brillaban en tu delirio.38
Yo te escuchaba, distante,39
entre mis versos perdido,40
pero sentí por la espalda41
correr un escalofrío...42
Y repetí como un eco:43
«¡Cuando tengamos un hijo!...»44
Tú, entre sueños, ya cantabas45
nanas de sierra y tomillo,46
e ibas lavando pañales47
por las orillas de un río.48
Yo, arquitecto de ilusiones49
levantaba un equilibrio50
una torre de esperanzas51
con un balcón de suspiros.52
¡Ay, qué gloria, amor, qué gloria53
cuando tengamos un hijo!54
En tu cómoda de cedro55
nuestro ajuar se quedó frío,56
entre azucena y manzana,57
entre romero y membrillo.58
¡Qué pálidos los encajes,59
qué sin gracia los vestidos,60
qué sin olor los pañuelos61
y qué sin sangre el cariño!62
Tu velo blanco de novia,63
por tu olvido y por mi olvido,64
fue un camino de Santiago,65
doloroso y amarillo.66
Tú te has casado con otro,67
yo con otra hice lo mismo;68
juramentos y palabras69
están secos y marchitos70
en un antiguo almanaque71
sin sábados ni domingos.72
Ahora bajas al paseo,73
rodeada de tus hijos,74
dando el brazo a... la levita75
que se pone tu marido.76
Te llaman doña Manuela,77
llevas guantes y abanico,78
y tres papadas te cortan79
en la garganta el suspiro.80
Nos saludamos de lejos,81
como dos desconocidos;82
tu marido sube y baja83
la chistera; yo me inclino,84
y tú sonríes sin gana,85
de un modo triste y ridículo.86
Pero yo no me doy cuenta87
de que hemos envejecido,88
porque te sigo queriendo89
igual o más que al principio.90
Y te veo como entonces,91
con tu cintura de lirio,92
un jazmín entre los dientes,93
de color como el del trigo94
y aquella voz que decía:95
«¡Cuando tengamos un hijo!...»96
Y en esas tardes de lluvia,97
cuando mueves los bolillos,98
y yo paso por tu calle99
con mi pena y con mi libro100
dices, temblando, entre dientes,101
arropada en los visillos:102
«¡Ay, si yo con ese hombre103
hubiera tenido un hijo!...»104

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Análisis

El poeta nos presenta ese futuro hipotético por el que describe un niño con los rasgos de la madre y la vitalidad del padre. Él mismo se imagina al pequeño a su lado y con su amada, como una familia, paseando al niño con el traje de marinero. Siente que tendría la fuerza y la alegría de la madre y la imaginación, el mundo interior, un poco melancólico, del poeta. Su infancia estaría llena de diversión y juguetes.

El desea que sea un niño y que nada le impida una infancia como tal. En este momento del poema, hay un Flashback y el poeta nos traslada a cuando el deseo de ser madre comenzó en su amada. En las referencia que hace respecto a este tema, parece que él no está tan ilusionado como ella con ser padre.

Parece que tiene miedo a la maternidad, a ser padre. El acepta el deseo de la amada, pero no lo siente como propio. Ella es feliz y canta y se prepara como madre. El poeta duda y se debate entre la ilusión y el miedo. Aparece una nueva referencia al deseo tener hijos, pero sobre todo desde el punto de vista de la pareja, no de él.

A continuación, pasamos al momento presente y el poeta nos dice que la relación entre ambos terminó y la ilusión, el ajuar, etc., quedó viejo, caduco. La separación fue dolorosa entre ambos. Todas las promesas quedaron en nada y cada uno se casó con otra persona. Todo ese amor que se prometieron también desapareció.

Ella se casó con un hombre de buena posición y a ella la tratan de doña. Su sueño de ser madre fue posible y tuvo tres hijos. Los que en otro momento fueron pareja, se ven y saludan porque se conocen y por educación. Pero ella ya no es la misma y no parece que el verle le ilusiones o le importe.

Sin embargo, el poeta si la ama y la ve como si el tiempo se hubiera detenido en su juventud, junto a ella. Recuerda su belleza, su voz. Al final del poema, hay un recuerdo de ese deseo que tuvieron de tener un hijo juntos. Ahora, que él es mayor, pasa junto a su casa y sabe que, en el fondo, ella hubiera deseado haber tenido un hijo a su lado.

Nota de Susana Marín.

Marín, Susana. Abr., 2015. Romance de Aquel Hijo que no tuve Contigo, de Rafael De León. Poemario. Acceso en https://poemario.com/romance-aquel-hijo-que-tuve-contigo/

Ejemplos de figuras literarias en Romance de Aquel Hijo que no tuve Contigo

Figuras literarias Ejemplos Descripción
Metáfora "Hubiera podido ser hermoso como un jacinto" Expresa una potencial belleza.
Metáfora "un jazmín entre los dientes, de color como el del trigo" La mujer se describe de una forma bella y natural a través de la asociación de sus características.
Símil "Yo, arquitecto de ilusiones levantaba un equilibrio una torre de esperanzas" Referencia al trabajo de un arquitecto, en el sentido de construir ilusiones y esperanzas.
Prosopopeya "Y temblaba tu cintura como un palomo cautivo" La cintura de la mujer se personifica para expresar la emoción y la ansiedad.
Hiperbatón "con tu pena y con mi libro" Destaca la tristeza y soledad.
Elipsis "¡Cuando tengamos un hijo!...»" El poema deja sin especificar qué ocurrirá cuando tengan un hijo, creando un sentido de expectación y deseo.
Anáfora "¡Ay, qué cuarto con juguetes, amor, hubiera tenido!" Enfatiza la tristeza y el arrepentimiento de los sueños y esperanzas no cumplidas.
Antítesis "¡Qué pálidos los encajes, qué sin gracia los vestidos, qué sin olor los pañuelos y qué sin sangre el cariño!" Contradicción que realza la tragedia de las oportunidades perdidas.
Oxímoron "doloroso y amarillo" Estas palabras contrastantes se utilizan para describir el velo de la novia, reflejando la dualidad del amor y el dolor.
Paralelismo "Tú te has casado con otro, yo con otra hice lo mismo;" El paralelismo entre las acciones de ambos personajes pauta su experiencia compartida y su soledad común.
Metonimia "juramentos y palabras están secos y marchitos" Los "juramentos y palabras" representan las promesas y los compromisos que hicieron en el pasado, que ahora se describen como "secos y marchitos", simbolizando su amor fallido.


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  • Ariel Nieto Sep., 2023

    Conozco el tema de Mario Alvarez Quiroga, que ahora me doy cuenta es referido a este bello poema. Me parece perfecto y duro a la vez, recordando un poco mi vida, y en la cancion, es tan sentido el modo de la interpretación que me transporta a una nostalgia enorme y hermosa a la vez.
    Divina poesia, que expresa de manera perfecta el amor, el arrepentimiento y el dolor de lo que pudo ser y no se dio.