Suroeste, Claudio Martinez Paiva
Un valle, un cerro y una senda larga; 1
un silencio de muerte, 2
se abre en ojos de sal el agua amarga 3
y hay piedra y fuego en el paisaje inerte. 4Nada alienta en el tedio del desierto; 5
de vez en cuando un zorro sigiloso 6
cruza con paso incierto, 7
y turba, con un -"¡Huác-co!", su reposo. 8Igual que un copo de algodón que sube, 9
el pájaro que sueña, 10
al pararse en la altura, se hace nube; 11
duerme en azul su sueño, la cigüeña! 12Ni un silbido interrumpe la agonía 13
del sol que cae, rojo lampadario, 14
y su manto de sangre es el sudario 15
en que se envuelve el estertor del día. 16Llegó la noche; todo es una alfombra 17
ancha y oscura; quieta, desolada. 18
¡Ni estrellas hay para cortar la sombra! 19
¡Silencio, muerte, nada sobre nada! 20De pronto un grito, un llanto, un gran lamento 21
nace del suelo, se hunde en la maraña, 22
trepa en las alas cálidas del viento 23
y se repite en ecos de montaña... 24¡Es un indio que canta!... Es un gimiente 25
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aullido inmenso que imponente pasa. 26
Canta un indio, y se siente 27
que es un sollozo el canto de su raza! 28