El Silencio, Federico García Lorca

En este breve poema, García Lorca no habla de un padre y su hijo, posiblemente nos está hablando de Dios y Jesucristo. Ellos juntos ven el silencio del mundo desde lo alto del cielo. Es tal la belleza de lo creado, que sólo podemos inclinarnos ante el creador y rezar, además de sentirnos pequeños e insignificantes ante la creación de Dios.

Cuando leemos la obra literaria de García Lorca nos quedan claros algunos puntos muy importantes en cuanto a sus sentimientos y creencias. García Lorca cree en Dios y en la belleza de lo creado por él y esto es lo que nos muestra en este pequeño poema.

Para el poeta, el ser humano es insignificante porque no tiene la capacidad para crear todo lo realizado por la divinidad. Es tal la belleza de lo que nos rodea, por pequeño que parezca, que jamás podremos realizar nada igual y mucho menos compararnos con su omnipotencia.

Es por ello que lo único que podemos hacer frente a tanta belleza es dar gracias a Dios y la manera de hacerlo es rezando, orando, inclinándonos ante Nuestro Señor en señal de gratitud, que no significa sometimiento. La belleza de lo creado es también la imagen de belleza de Dios.

También nos habla del silencio en el sentido que tenemos que darnos cuenta de la importancia de lo creado por Dios, sentir su fuerza, su presencia e interiorizar todo ese poder divino para creer, tener fe, para entender que todo lo que nos rodea es un regalo que nos han ofrecido a todos.

Por mucho que el ser humano lo intente, por mucho que ser humano posea, jamás podrás crear nada igual, jamás podrá igualarse a la fuerza, al poder de Dios. Únicamente podemos observar lo creado, disfrutar de ello y dar gracias a Dios. En este poema, García Lorca nos muestra que la tierra es un regalo único para el hombre y como regalo único que es, debemos cuidarlo, debemos amarlo, de la misma forma que debemos amar a Dios y dar gracias. Es por ello que la oración en silencio y el inclinarse ante el poder divino es algo que debemos hacer por gratitud.


Nota de Susana Marín.
×

Poema original: El Silencio

Oye, hijo mío, el silencio. 1
Es un silencio ondulado, 2
un silencio, 3
donde resbalan valles y ecos 4
y que inclina las frentes 5
hacia el suelo. 6

7

Comentarios

Publique su comentario sincero

Gracias por decidir aportar un comentario. Sepa que todos los mensajes son moderados, y su email NO aparecerá publicado ni se compartirá de forma alguna.

Últimos comentarios

  • Ricardo: Creo que le habla a su propio cerebro. A su voz interna.... | Me gusta cuando callas (Poema XV)
  • juan moreno bardon: Los buenos mueren jóvenes, Hernández, Bécquer, García Lorca, y tanto otros, ... | Nanas de la Cebolla
  • Pepito: No dise nada puta paguina de internet... | Está bien!

  • Desde 2013, Poemario es una referencia de la poesía, analizando el trabajo y la influencia cultural de los mayores autores de la historia, constituído por:

  • David Rubio
    Profesor y consultor literario
  • Paulo Altamirano
    Escritor y traductor literario
  • Rocío Calvo Fernández
    Profesora de Literatura Española
  • Mario Sanchez
    Crítico de arte, teatro y literatura
  • Victoria Jorrat
    Escritora
  • Privacidad - Contáctenos