Fernando se casó; noble heredera1
Joven (aunque un poquito bachillera,2
Como dicen que son las provincianas),3
Encontró por mujer; también se dice4
Que alguna vez padece de tercianas,5
Pero será invención de cordobeses,6
Puesto que, sin parar, cada diez meses,7
Un vástago regala á los Guzmanes,8
Y no se nota en ella la flojera9
Que debiera causarla sus afanes.10
Fernando vive bien, rico, dichoso;11
Hoy visita sus montes y sus prados,12
Mañana va á una tercia de ganados,13
Por la tarde al Casino, donde deja14
Un ciento de billetes15
(Siempre que tira á Jorge de la oreja);16
Dirige en el invierno los trabajos17
De la recolección de la aceituna;18
Se va á Madrid un mes, en el otoño,19
Á darle una sangría á su fortuna;20
Y ¡cosa rara! Siempre que un retoño21
Viene al mundo, después de tal viaje,22
Tal vez de las molestias del camino,23
Se presenta raquítico y enfermo24
(De como al cometer un desatino25
Nacen los hijos con funesto sino).26
Va á Sevilla á la feria en primavera,27
Haciendo alardes de su lujo vano;28
Y vuelve á medio Agosto29
Para ver en sus cámaras el grano;30
Al terminar Octubre,31
Sube á las viñas á probar el mosto,32
Y allí (no siempre) en noche silenciosa,33
Oyendo rasguear una guitarra,34
Y murmurando al son una playera35
Cantando á media voz por licenciosa,36
Suele decir:—«Ya hace años que María37
Cometió su postrera tontería;38
Cuando pienso despacio en el asunto39
Tiemblo, al considerar, qué hubiera sido40
Si me viera al presente su marido;41
Con mujer tan extraña y veleidosa42
Llevada de un amor tan insensato,43
Me esperaba de fijo algún mal rato.»—44
Esto dice, á la par que la guitarra45
Parece que responde:—«Ingrato!!... Ingrato!!...»46
...............................................47
Ningún suceso que mostrar nos queda.48
Y aquí se acaba el cuento49
Que en esto, acaso, reasumir se pueda:50
«Peligros de sentir sin pensamiento,51
Ventajas de pensar sin sentimiento.»52
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