2/10. Ella, Rosario de Acuña
Casi niña; ojos negros, donde brilla, 1
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Con intenso fulgor, el rayo hermoso 2
De un genio audaz, valiente é indomable, 3
Cual se halla siempre el huracán nacido 4
De la humana pasión; rosados labios 5
Donde se ven jugar ardientes besos, 6
De donde brotan, con sonoro ritmo, 7
Frases vehementes, rápidas, concisas, 8
Periodos impregnados de ternura 9
No vestida jamás con esas galas 10
De la falsa virtud, ternura pronta 11
Á expresar esa fuerza de la vida 12
Que al palpitante corazón alienta; 13
De estatura arrogante, más graciosa 14
En proporciones; con altiva frente, 15
Alguna vez, para su mal, surcada 16
Por arruga profunda, que descubre 17
Un pensamiento observador, tirano, 18
Melancólico, ardiente ó ambicioso, 19
Pero siempre sujeto en los abismos 20
De inteligencia audaz, grande, ignorada 21
De todo el mundo, acaso envanecida 22
De sí misma, y acaso, con tristeza, 23
Mirando la orfandad en torno suyo... 24
Así es María; el alma que ha traido, 25
Su cuerpo, á los combates de la tierra 26
No ha querido bajar á donde luchan 27
Las pequeñas pasiones, levantada 28
En agitado vuelo, donde nunca 29
Se vislumbran los odios ni los vicios, 30
Gira en torno de un cielo misterioso, 31
Tal vez de donde vino, cuando al grito 32
Áspero y repetido de la vida, 33
Bajó á encerrarse en el somero barro. 34
Jamás pudieron dominar su alteza, 35
Y aunque sujeta siempre y vigilada, 36
Y, por error de educación, sirviendo 37
De escarnio al vulgo necio, que la mira 38
Como un extraño ser, de burla digno, 39
El alma de María, siempre libre, 40
Grande, elevada, amante y soñadora, 41
Busca la luz, como la alondra, y canta, 42
Á medida que al cielo se levanta, 43
El fuego del amor que la enamora. 44