El rey de Harlem, Federico García Lorca

¿Cuándo? Publicado en , en el libro Poeta en Nueva York.

Con una cuchara1
arrancaba los ojos a los cocodrilos2
y golpeaba el trasero de los monos.3
Con una cuchara.4

Fuego de siempre dormía en los pedernales,5
y los escarabajos borrachos de anís6
olvidaban el musgo de las aldeas.7

Aquel viejo cubierto de setas8
iba al sitio donde lloraban los negros9
mientras crujía la cuchara del rey10
y llegaban los tanques de agua podrida.11

Las rosas huían por los filos12
de las últimas curvas del aire,13
y en los montones de azafrán14
los niños machacaban pequeñas ardillas15
con un rubor de frenesí manchado.16

Es preciso cruzar los puentes17
y llegar al rubor negro18
para que el perfume de pulmón19
nos golpee las sienes con su vestido20
de caliente piña.21

Es preciso matar al rubio vendedor de aguardiente22
a todos los amigos de la manzana y de la arena,23
y es necesario dar con los puños cerrados24
a las pequeñas judías que tiemblan llenas de burbujas,25
para que el rey de Harlem cante con su muchedumbre,26
para que los cocodrilos duerman en largas filas27
bajo el amianto de la luna,28
y para que nadie dude de la infinita belleza29
de los plumeros, los ralladores, los cobres y las cacerolas de las cocinas.30

¡Ay, Harlem! ¡Ay, Harlem! ¡Ay, Harlem!31
No hay angustia comparable a tus rojos oprimidos,32
a tu sangre estremecida dentro del eclipse oscuro,33
a tu violencia granate sordomuda en la penumbra,34
a tu gran rey prisionero, con un traje de conserje.35

Tenía la noche una hendidura y quietas salamandras de marfil.36
Las muchachas americanas37
llevaban niños y monedas en el vientre38
y los muchachos se desmayaban en la cruz del desperezo.39
Ellos son.40
Ellos son los que beben el whisky de plata junto a los volcanes41
y tragan pedacitos de corazón por las heladas montañas del oso.42

Aquella noche el rey de Harlem con una durísima cuchara43
arrancaba los ojos a los cocodrilos44
y golpeaba el trasero de los monos.45
Con una cuchara.46
Los negros lloraban confundidos47
entre paraguas y soles de oro,48
los mulatos estiraban gomas, ansiosos de llegar al torso blanco,49
y el viento empañaba espejos50
y quebraba las venas de los bailarines.51

Negros, Negros, Negros, Negros.52

La sangre no tiene puertas en vuestra noche boca arriba.53
No hay rubor. Sangre furiosa por debajo de las pieles,54
viva en la espina del puñal y en el pecho de los paisajes,55
bajo las pinzas y las retamas de la celeste luna de cáncer.56

Sangre que busca por mil caminos muertes enharinadas y ceniza de nardo,57
cielos yertos, en declive, donde las colonias de planetas58
rueden por las playas con los objetos abandonados.59

Sangre que mira lenta con el rabo del ojo,60
hecha de espartos exprimidos, néctares de subterráneos.61
Sangre que oxida el alisio descuidado en una huella62
y disuelve a las mariposas en los cristales de la ventana.63

Es la sangre que viene, que vendrá64
por los tejados y azoteas, por todas partes,65
para quemar la clorofila de las mujeres rubias,66
para gemir al pie de las camas ante el insomnio de los lavabos67
y estrellarse en una aurora de tabaco y bajo amarillo.68

Hay que huir,69
huir por las esquinas y encerrarse en los últimos pisos,70
porque el tuétano del bosque penetrará por las rendijas71
para dejar en vuestra carne una leve huella de eclipse72
y una falsa tristeza de guante desteñido y rosa química.73

---

Es por el silencio sapientísimo74
cuando los camareros y los cocineros y los que limpian con la lengua75
las heridas de los millonarios76
buscan al rey por las calles o en los ángulos del salitre.77

Un viento sur de madera, oblicuo en el negro fango,78
escupe a las barcas rotas y se clava puntillas en los hombros;79
un viento sur que lleva80
colmillos, girasoles, alfabetos81
y una pila de Volta con avispas ahogadas.82

El olvido estaba expresado por tres gotas de tinta sobre el monóculo,83
el amor por un solo rostro invisible a flor de piedra.84
Médulas y corolas componían sobre las nubes85
un desierto de tallos sin una sola rosa.86

---

A la izquierda, a la derecha, por el sur y por el norte,87
se levanta el muro impasible88
para el topo, la aguja del agua.89
No busquéis, negros, su grieta90
para hallar la máscara infinita.91
Buscad el gran sol del centro92
hechos una piña zumbadora.93

El sol que se desliza por los bosques94
seguro de no encontrar una ninfa,95
el sol que destruye números y no ha cruzado nunca un sueño,96
el tatuado sol que baja por el río97
y muge seguido de caimanes.98

Negros, Negros, Negros, Negros.99

Jamás sierpe, ni cebra, ni mula100
palidecieron al morir.101
El leñador no sabe cuándo expiran102
los clamorosos árboles que corta.103
Aguardad bajo la sombra vegetal de vuestro rey104
a que cicutas y cardos y ortigas turben postreras azoteas.105
Entonces, negros, entonces, entonces,106
podréis besar con frenesí las ruedas de las bicicletas,107
poner parejas de microscopios en las cuevas de las ardillas108
y danzar al fin, sin duda, mientras las flores erizadas109
asesinan a nuestro Moisés casi en los juncos del cielo.110

¡Ay, Harlem, disfrazada!111
¡Ay, Harlem, amenazada por un gentío de trajes sin cabeza!112
Me llega tu rumor,113
me llega tu rumor atravesando troncos y ascensores,114
a través de láminas grises115
donde flotan tus automóviles cubiertos de dientes,116
a través de los caballos muertos y los crímenes diminutos,117
a través de tu gran rey desesperado118
cuyas barbas llegan al mar.119

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