Encuentro, Federico García Lorca
El poeta nos muestra en este poema un amor tormentoso. No quiere estar con alguien del pasado porque ninguno de los dos puede estar junto al otro. Esa persona de la que nos habla sabe los motivos por los que el poeta le ha amado y ha sufrido, dejándole llagas en su piel, en sus manos, como las de Cristo. Le pide que se vaya y no se detenga y mucho menos que mire atrás. Sólo el rezar le hará entender lo sucedido y arrepentirse. El final de este poema es circular, por lo que el poeta insiste en ese deseo de no volver con ese amor del pasado.
En este caso, estamos ante una temática que, en muchos poetas no existe. Es posible que la condición sexual de García Lorca influya en la orientación temática de estos versos. Es posible que siga amando a esta persona de su pasado, pero es consciente de que volver a su lado implicaría una relación que no llegaría a buen término y ambos volverían a sufrir, como lo hicieron en el pasado.
En ningún momento se nos dice quién es y, sobre todo, tampoco se nos dice que ocurrió en su relación para que esta se rompiera. Lo importante es señalar la franqueza, la sinceridad y la determinación del poeta para decirle a ese antiguo amor que ya no quiere estar con él. Lo que está claro es que el poeta sufrió mucho y le costó mucho volver a rehacer su vida. Casi fue una catarsis personal, una resurrección después de la muerte, como sucedió a Jesucristo cuando lo clavaron en la cruz. Podemos intuir que es posible que se sintiera presionado por esta persona.
Como suele ocurrir en estos poemas, escritos por García Lorca, hay una sensación de que no hubo una correspondencia mutua en el tiempo que estuvieron juntos. Parece que por parte del poeta hubo una entrega total que parece que no fue correspondida por la persona amada y esto parece utilizarse a modo de reproche. Sin embargo, él sigue todavía enamorado de su antiguo amor pero, aunque sufre, prefiere no ver a esta persona, apartarla por completo de su vida, a vivir una vida desgraciada
Poema original: Encuentro
Ni tú ni yo estamos 1
19
en disposición 2
de encontrarnos. 3
Tú... por lo que ya sabes. 4
¡Yo la he querido tanto! 5
Sigue esa veredita. 6
En las manos 7
tengo los agujeros 8
de los clavos. 9
¿No ves cómo me estoy 10
desangrando? 11
No mires nunca atrás, 12
vete despacio 13
y reza como yo 14
a San Cayetano, 15
que ni tú ni yo estamos 16
en disposición 17
de encontrarnos. 18