Baile, Federico García Lorca

La Carmen está bailando1
por las calles de Sevilla.2
Tiene blancos los cabellos3
y brillantes las pupilas.4

¡Niñas,5
corred las cortinas!6

En su cabeza se enrosca7
una serpiente amarilla,8
y va soñando en el baile9
con galanes de otros días.10

¡Niñas,11
corred las cortinas!12

Las calles están desiertas13
y en los fondos se adivinan,14
corazones andaluces15
buscando viejas espinas.16

¡Niñas,17
corred las cortinas!18

19

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Análisis

Una mujer mayor, La Carmen, con el pelo cano y el brillo de vida en sus ojos, baila en la calle. Parece loca. A su paso todos se ocultan. Cuando baila siente que es princesa, joven y con pretendientes. Todos la quieren evitar. Ella pasa, todas las calles se vacían porque nadie quiere pensar en el paso del tiempo y en todo lo perdido. Por eso, todos se ocultan tras las cortinas.

Este poema es un canto a la vida y, al mismo tiempo, al miedo de las personas al paso del tiempo. Tenemos en una mano el “carpe diem” y por el otro la vida que poco a poco se nos va yendo. De ahí que el contraste entre la vieja que ha vivido y vive, aunque sea en una especie de locura personal, y la muerte en vida de aquellos que no quieren ser conscientes del paso del tiempo o que quieren ocultarlo tras una máscara de juventud irreal.

Cuando el poeta nos muestra a esta persona bailando en la calle, la imagen que tienen los demás de ella no es la de una persona alegre, feliz, sino la de una loca que baila y que lo que hace puede ser contagioso, por eso la evitan. Sin embargo, si profundizamos en el poema, estamos ante la personificación del tiempo y de cómo éste puede pasar de varias formas, bien aprovechando la vida siendo feliz o engañándonos a nosotros mismos, pensando que somos inmortales, y realizando un camino vital irreal.

García Lorca invita la vida, a empaparnos de ella, a ser felices sin importar el paso del tiempo. Es precisamente este, el tiempo, el que nos hace, cuando somos mayores, que las experiencias vividas nos hagan mejores personas, más felices y, seguramente, físicamente más jóvenes. El no querer ver eso es lo que nos hace más viejos, más infelices, más temerosos.

En este poema se destaca no solamente la vitalidad de la persona, sino que la aceptación de la edad es un motivo de alegría, es un motivo para festejar un camino vital pleno que nos ha aportado la experiencia y la sabiduría para saber qué es mejor vivir cada momento a tener miedo de vivir.

Nota de Susana Marín.

Marín, Susana. Jun., 2015. Baile, de Federico García Lorca. Poemario. Acceso en https://poemario.com/baile/