Anda jaleo, Federico García Lorca
El poeta utiliza un género musical, el jaleo, para escribir este poema. El poeta desea ver a su amada pero no puede ser así ya que está con otra persona de mejor posición social (coche). Los celos hacen que sienta que si no es del, la mujer no será de nadie. Parece que pueda hacer una locura.
El poeta pide que no esté con otro o la matara. El pensar que está con otra persona lo sume en un dolor profundo. Sin embargo, el poeta se entera de que han matado a esta mujer y se da cuenta de que ella no merecía morir. Le hace una corona de flores con sus manos como despedida, como último acto de amor.
En este poema, de lo que está hablando Lorca es de un tema eterno en la poesía y en el amor: los celos y la muerte. Si bien es cierto que estos no son los causantes de la muerte de la mujer que ama, son estos mismos los que hacen que el protagonista del poema se dé cuenta de lo inútil de sentirlos, ya que cuando pierde a la persona que ama es cuando comprende el significado de la pérdida y que su forma de amar a esa mujer no era la adecuada.
Cuando acabamos de leer el poema nos queda una sensación agridulce, ya que por un lado nos sentimos identificados con la forma de querer del protagonista del poema, aunque podamos entender los celos, algo habitual en el desamor. Sin embargo, lo más destacable es como estos han cambiado la personalidad del protagonista provocándole una sed de venganza y, sobre todo la necesidad de acabar con la vida de la misma mujer que ama.
La muerte de la mujer lo cambia todo y se da cuenta de lo poco importante que son sus sentimientos por qué ahora la mujer muerta, asesinada, llena por completo su pensamiento. El arrepentimiento corre por sus venas y comprueba en su piel lo negativo de su visión del sentimiento amoroso, del equívoco de intentar obligar a una mujer a querer a alguien por quien no siente nada.
Poema original: Anda jaleo
Yo me alivié a un pino verde 1
por ver si la divisaba, 2
y sólo divisé el polvo 3
del coche que la llevaba. 4
Anda jaleo, jaleo: 5
ya se acabó el alboroto 6
y vamos al tiroteo. 7No salgas, paloma, al campo, 8
mira que soy cazador, 9
y si te tiro y te mato 10
para mí será el dolor, 11
para mí será el quebranto, 12
Anda, jaleo, jaleo: 13
ya se acabó el alboroto 14
y vamos al tiroteo. 15En la calle de los Muros 16
23
han matado una paloma. 17
Yo cortaré con mis manos 18
las flores de su corona. 19
Anda jaleo, jaleo: 20
ya se acabó el alboroto 21
y vamos al tiroteo. 22
Comentarios
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Andrés Herrera Ago., 2022
Que finura de tratar este tema. Los celos le ciegan pero cuando se entera que la han matado.,, su arrepentimiento es enorme y pone en 1 lugar la pérdida de su amada a sus sentimientos banales. Bravo por Federico y el olivo que creció con su sangre derramada.