La Tierra, Blas de Otero
El hombre está destruyendo la tierra poco a poco y las nuevas generaciones son más individualistas, insensibles. El ser humano no es consciente de los restos que deja. Los barcos, construidos con árboles, destrozan el mar con su rastro bajo las estrellas. Para el poeta, el hombre está solo, se siente así y su forma de no sentir esa soledad es seguir adelante, no ver la realidad de su mortalidad.
El ser humano no quiere morir. Ser consciente de la mortalidad le da miedo y sólo la certeza de la vida ofrece descanso. La muerte es imparable, la muerte espera y actúa cuando ha de hacerlo. El poeta siente que el hombre busca descubrir lo desconocido, como lo hizo con el mar y sentirse vivo, aunque la muerte esté presente.
En este poema podemos extraer varios temas principales que conforman una idea del mismo. Por un lado hay una crítica al ser humano por su insaciable sed de conocimiento que, en parte, está acabando con la propia tierra, ya que no le importa las consecuencias de lo que hace sobre ella.
Por otro lado, nos habla de la muerte que es consecuencia también del conocimiento del propio ser humano. La certeza de nuestra temporalidad hace que se desee encontrar algo que nos haga vivir más, hacernos casi inmortales, eternos. Esto hace que vivamos siempre con el miedo a desaparecer, a morir.
Por otro lado también habla de la vida y de cómo el ser humano no se da cuenta de lo que esta nos ofrece y de lo que la tierra también nos da para vivir. Estamos tan obcecados en evitar la muerte que no somos capaces de vivir, de descubrir toda la belleza que hay en la tierra y de cómo, de alguna manera, nos cuida siempre y nos ofrece todo lo que tiene de una manera natural, sencilla.
Para el poeta, el ser humano desvirga todo lo que le rodea, como hizo con los mares y sus barcos, únicamente hay un afán de saber para no morir, de conocer para qué la muerte sea algo que desaparezca, aunque eso es imposible. Aunque el ser humano lo sabe, hace todo lo posible para no vivir realmente y pensar únicamente en la muerte.
Poema original: La Tierra
Un mundo como un árbol desgajado. 1
Una generación desarraigada. 2
Unos hombres sin más destino que 3
apuntalar las ruinas. 4Romper el mar 5
en el mar, como un himen inmenso, 6
mecen los árboles el silencio verde, 7
las estrellas crepitan, yo las oigo. 8Sólo el hombre está solo. Es que se sabe 9
vivo y mortal. Es que se siente huir 10
—ese río del tiempo hacia la muerte—. 11Es que quiere quedar. Seguir siguiendo, 12
subir, a contramuerte, hasta lo eterno. 13
Le da miedo mirar. Cierra los ojos 14
para dormir el sueño de los vivos. 15Pero la muerte, desde dentro, ve. 16
Pero la muerte, desde dentro, vela. 17
Pero la muerte, desde dentro, mata. 18...El mar —la mar—, como un himen inmenso, 19
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los árboles moviendo el verde aire, 20
la nieve en llamas de la luz en vilo... 21