Dime qué dices, mar!, Miguel de Unamuno

¡Dime qué dices, mar, qué dices, dime!1
Pero no me lo digas; tus cantares2
son, con el coro de tus varios mares,3
una voz sola que cantando gime.4

Ese mero gemido nos redime5
de la letra fatal, y sus pesares,6
bajo el oleaje de nuestros azares,7
el secreto secreto nos oprime.8

La sinrazón de nuestra suerte abona,9
calla la culpa y danos el castigo;10
la vida al que nació no le perdona;11

de esta enorme injusticia sé testigo,12
que así mi canto con tu canto entona,13
y no me digas lo que no te digo.14

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  • Saul Muñoz Lopez Ago., 2022

    La tradicion cultural de Unamuno. Con o sin miedos. La logica transcendente. Platon, homero, Socrates, critico de él, visionario de Zaratustra, y logico esperanzado de la ciencia moderna.
    Conocerse a uno mismo, por el metodo paravolante de los misticos fundamentos en la base de el yo mismo, personal. Dual e intransferible, por medio de la razon, por medio de la logica, imágenes rencorosas, voluntades ocultas… lejos de pretender ocultarse, se muestra sublime, por encima de toda la sublime corriente, anterior o postrero fue, en cuanto a lo narcisita de el mitomano, o de lo arcaismo, fue nobel, un prisma multicolor, de fantasias, de lucidez, y de fantasmas prohibidos, que desapareceran ya, de nuestro pasado reciente, con su obra magmanima,y reciente;obra esculturica y esculpida, representante de la tradicion, ( homerica, y plastica, ideal; y fiel a los clasicos, de siempre). Nuestros clasicos, Universales.

  • Saul Muñoz Lopez Ago., 2022

    El maestro de el clan.
    Frases, como arte plasmante
    de recuerdos,
    Rimas consonantes, y diarias sonantes, plasticas, narrativa clasica europeizante, como la travesura de un Diablillo de lanzamiento, en el entonces, de el recuerdo, era Unamuno. Y su obra cumbre era el cristo de Velazquez. Y sus libros de viajes eran noveles y adaptaban el cantar de los ruiseñores, de los clasicos, y de sus amigos congeinaba en ideologia.


Análisis

En el año 1864 nació en Bilbao el célebre y gran filósofo y escritor español Miguel de Unamuno, máximo representante de la Generación del 98. Escribió a lo largo de su vida un gran número de obras tanto de teatro, novelas, ensayos y poesía. En 1880 comenzó sus estudios de Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid, y los completó a partir de 1884 con su doctorado en Historia de la Lengua Vasca. Entre los años 1894 y 1897 formó parte de la Agrupación Socialista de Bilbao.

Después sufriría una depresión. Hacia el año 1900 fue nombrado rector de la Universidad de Salamanca y catorce años después fue destituido y desterrado debido a sus convicciones políticas. Unamuno se marchó a Francia y volvió a Salamanca una vez caído el antiguo régimen político. Murió en dicha ciudad en el año 1936.

En cuanto a su literatura, hemos de señalar que fue realmente asombroso el número de ensayos, novelas, y poemas que publicó. No llegó a crear un sistema filosófico propiamente dicho, pero es digno de admirar cuánto ha aportado a la filosofía y a la literatura en lengua castellana. Los temas que lo inquietaban como ser pensante fueron los que analizó en sus obras. La poesía fue considerada por él como una manera de desahogo y expresión del espíritu. Entre dichos temas destacamos: la angustia existencial, el paso del tiempo, la relación con Dios y la religión, la contraposición de fe y razón, la muerte, etc.

Este poema con el que nos está deleitando es un soneto: catorce versos endecasílabos divididos en dos cuartetos y dos tercetos. La rima es la siguiente: ABBA ABBA CDC CDC.

Unamuno se dirige al mar, le habla a él directamente atribuyéndole a este las características propias del Destino. Este poema es una metáfora con la que el autor está reflexionando sobre el devenir de la vida, la duda existencial y el destino.

Así, vemos cómo para el autor el desconocimiento de lo futuro y de aquello que lo espera es motivo de desesperación y angustia: “el secreto secreto nos oprime” (verso 8). Con términos como gemido, letra fatal, pesares, o azares, observamos que la resolución que el destino aguarda para cada uno de nosotros lo hace inquietarse porque es desconocido, secreto e inalcanzable. Califica al destino o a la suerte de “sinrazón”, alejándose con estas afirmaciones de las creencias propias de toda religión. Unamuno termina el poema diciendo que la vida no perdona, es cruel (verso 11) e injusta (verso 12).

En cuanto a los recursos literarios empleados, además de la gran metáfora que conforma el poema en su conjunto, encontramos apóstrofe cuando el poeta se dirige a un ser inanimado como es el mar (verso 1); también está presente la derivación en los versos número uno y catorce, y la dilogía en los versos número ocho (secreto) y trece (canto).

Ciertamente podemos adivinar que Unamuno sufrió alguna que otra crisis de fe y por supuesto una crisis existencial. Quizás estas crisis sean precisamente el motor que nos lleva a seguir indagando en nuestro interior y en nuestro intelecto para finalmente hallar aquello que consideramos la Verdad.

Nota de Victoria Jorrat.

Jorrat, Victoria. Feb., 2014. Dime qué dices, mar!, de Miguel de Unamuno. Poemario. Acceso en https://poemario.com/dime-que-dices-mar/

Ejemplos de figuras literarias en Dime qué dices, mar!

Figuras Literarias Ejemplos Descripción
Metáfora "tus cantares son, con el coro de tus varios mares, una voz sola que cantando gime." Refieren metafóricamente a los sonidos producidos por el mar. Se describe como una única voz que gime, lo que podría representar tristeza y lamento.
Metáfora "el oleaje de nuestros azares" Este verso utiliza el "oleaje" como una metáfora de las luchas y los desafíos ("azares") que enfrentamos en la vida. Implica un sentido de constante cambio y agitación.
Prosopopeya "¡Dime qué dices, mar, qué dices, dime!" El mar se personifica, atribuyendo la capacidad de hablar o comunicar algo.
Hipérbole "la vida al que nació no le perdona" Esta declaración es una exageración que marca que la vida es implacable y nunca perdona o da tregua a quienes viven, intensificando la percepción de la lucha y la dificultad.
Hiperbatón "de esta enorme injusticia sé testigo" El verbo "sé" se coloca al final de la frase para un efecto enfático.
Anáfora "¡Dime qué dices, mar, qué dices, dime!" La repetición de "dime qué dices" se utiliza para potenciar el deseo de entender lo que el mar está tratando de comunicar.
Antítesis "calla la culpa y danos el castigo" Pone en contraste el silencio de la culpa con el otorgamiento del castigo, resaltando la naturaleza contradictoria de la experiencia humana.
Oxímoron "el secreto secreto nos oprime" Este es un oxímoron donde el término "secreto secreto" combina palabras con significados que parecen contradecirse entre sí. Implica una verdad oculta o una revelación que es tanto conocida como desconocida.
Paralelismo "¡Dime qué dices, mar, qué dices, dime!" Expone la relación de diálogo con el mar.