Han bajado los indios tarahumaras,1
que es señal de mal año2
y de cosecha pobre en la montaña.3
Desnudos y curtidos,4
duros en la lustrosa piel manchada,5
denegridos de viento y de sol, animan6
las calles de Chihuahua,7
lentos y recelosos,8
con todos los resortes del miedo contraídos,9
como panteras mansas.10

Desnudos y curtidos,11
bravos habitadores de la nieve12
-como hablan de tú-,13
contestan siempre así la pregunta obligada:14
-"Y tú ¿no tienes frío en la cara?"15

Mal año en la montaña,16
cuando el grave deshielo de las cumbres17
escurre hasta los pueblos la manada18
de animales humanos con el hato e la espalda.19

Los hicieron católicos20
los misioneros de la Nueva España21
-esos corderos de corazón de león.22
Y, sin pan y sin vino,23
ellos celebran la función cristiana24
con su cerveza-chicha y su pinole,25
que es un polvo de todos los sabores.26

Beben tesgüiño de maíz y peyote,27
yerba de los portentos,28
sinfonía lograda29
que convierte los ruidos en colores;30
y larga borrachera metafísica31
los compensa de andar sobre la tierra,32
que es, al fin y a la postre,33
la dolencia común de las razas de los hombres.34
Campeones de la Maratón del mundo,35
nutridos en la carne ácida del venado,36
llegarán los primeros con el triunfo37
el día que saltemos la muralla38
de los cinco sentidos.39

A veces, traen oro de sus ocultas minas,40
y todo el día rompen los terrones,41
sentados en la calle,42
entre la envidia culta de los blancos.43
Hoy solo traen yerbas en el hato,44
las yerbas de salud que cambian por centavos:45
yerbaniz, limoncillo, simonillo,46
que alivian las difíciles entrañas,47
junto con la orejela de ratón48
para el mal que la gente llama "bilis";49
y la yerba del venado, del chuchupaste50
y la yerba del indio, que restauran la sangre;51
el pasto de ocotillo de los golpes contusos,52
contrayerba para las fiebres pantanosas,53
la yerba de la víbora que cura los resfríos;54
collares de semillas de ojos de venado,55
tan eficaces para el sortilegio;56
y la sangre de grado, que aprieta las encías57
y agarra en la nariz los dientes flojos.58

(Nuestro Francisco Hernández59
-El Plinio Mexicano de los Mil y Quinientos-60
logró hasta mil doscientas plantas mágicas61
de la farmacopea de los indios.62
Sin ser un gran botánico,63
don Felipe Segundo64
supo gastar setenta mil ducados,65
¡para que luego aquel herbario único66
se perdiera en la incuria y el polvo!67
Porque el padre Moxó nos asegura68
que no fue culpa del incendio69
que en el siglo décimo séptimo70
aconteció en El Escorial.)71

Con la paciencia muda de la hormiga,72
los indios van juntando sobre el suelo73
la yerbecita en haces74
-perfectos en su ciencia natural.75

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