A un Ruiseñor, José De Espronceda
En este poema de Espronceda, un soneto, el amado canta, habla de su amor por una mujer. Sin embargo estos sentimientos no son correspondidos y el sufre durante todo el día. La belleza que hay a su alrededor, el aroma de las flores etc., no son suficientes para aplacar el dolor. Su amor es imposible.
Su dolor nadie lo escucha y el eco de este se pierde. El poeta le dice al joven que él, a través de la pluma, la poesía, será su voz y su dolor lo versificará para que la mujer que ama le corresponda. El final del poema es abierto y no sabemos qué es lo concurrirá, si la amada finalmente corresponderá a sus sentimientos o no.
Como podemos observar en este poema, es muy típico de este tipo de autores el cantar al amor del hombre hacia la mujer, aunque éste no sea correspondido. Sin embargo, también observamos que la mujer es únicamente una referencia. No sabemos nada de ella, no sabemos cómo es físicamente y, como no podía ser de otra manera, no se nos dice nada acerca de los sentimientos de esta hacia el amado.
Sin embargo, a diferencia de otros poemas, el poeta pasa de ser un narrador de una historia, el que presenta al personaje, para entrar dentro de esta historia que habíamos indicado y ser parte activa de la misma. Se presenta ante el lector como una celestina que pretende hacer, como hacía esta, que el amor triunfe por encima de todo. A diferencia del personaje que hemos mencionado, el poeta toma la decisión de ser el portavoz del joven para ayudarle, a través de la poesía, para ganarse el afecto de la joven.
Lo que gusta del poema es ese final incierto, ese final abierto que hace que el lector se pregunte qué es lo que ha ocurrido. En la mayoría de los casos, el lector siempre va a buscar un final feliz, en el que los dos jóvenes se encuentren finalmente y el amor venza todos los obstáculos que pueda haber entre ellos. Pero esta es una opción. Por eso, la belleza de la poesía está en que existen tantas interpretaciones como lectores haya.
Poema original: A un Ruiseñor
Canta en la noche, canta en la mañana, 1
ruiseñor, en el bosque tus amores; 2
canta, que llorará cuando tú llores 3
el alba perlas en la flor temprana. 4Teñido el cielo de amaranta y grana, 5
la brisa de la tarde entre las flores 6
suspirará también a los rigores 7
de tu amor triste y tu esperanza vana. 8Y en la noche serena, al puro rayo 9
de la callada luna, tus cantares 10
los ecos sonarán del bosque umbrío. 11Y vertiendo dulcísimo desmayo, 12
15
cual bálsamo süave en mis pesares, 13
endulzará tu acento el labio mío. 14