Madrigal, Amado Nervo

El poeta ama una mujer. La fuerza de su mirada, el color de sus ojos, lo atraen como las sirenas a Ulises. A diferencia de él, el poeta se entrega a ella. En ellos, en sus ojos, hay sufrimiento, tranquilidad, lo que el poeta desea, atracción y, sobre todo, la sensación que siente de que estar al lado de esta mujer sería bueno para él, desde el punto de vista amoroso, emocional y personal.

En este breve poema están concentrados algunos temas esenciales dentro del amor, dentro de lo que cada uno de nosotros sentiría al conocer este tipo de sentimiento. Es por ello que el protagonista del poema se centra en la mirada de una persona para presentarnos a la mujer que ama, para que seamos conscientes de que únicamente unos ojos lo han enamorado.

No sabemos si él tiene pareja o no, si está casado o no. Únicamente sabemos que esta persona ha irrumpido en su vida y es capaz de entregarse a ella con todas las consecuencias. Ella lo significa todo para él desde el mismo momento en que se encontraron. Sin embargo, no sabemos si ella le corresponde. Únicamente tenemos la certeza de que él está entregado en cuerpo y alma.

Todo lo que el poeta deseaba sentir junto a una mujer lo tiene junto a ella. Todo el poema y los versos están llenos de la mirada de esta persona, del color verde de sus ojos, que no sólo expresan esa esperanza del poeta, sino que, al mismo tiempo tienen tantos matices como sentimientos en el poeta hacia ella.

El poeta, cuando acabamos de leer el poema, tenemos la sensación de que se siente perdido. Parece que no está pasando por el mejor momento de su trayectoria vital y el haber encontrado a esta mujer ha hecho que todo eso cambie. Es tanto el amor y el sentimiento que tiene hacia esta persona que cree que puede ayudarle a superar cualquier problema que pueda tener.

Como suele ocurrir en este tipo de problemas, hay un final abierto por parte del poeta hacia el lector. No sabemos qué ocurrirá después. Lo único relevante e importante para el poeta es mostrarnos cómo el amor, con una simple mirada, es capaz de transformarnos por completo y hacernos sentir que hemos encontrado a la persona con la que queremos estar toda la vida.


Nota de Susana Marín.
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Poema original: Madrigal

Por tus ojos verdes yo me perdería, 1
sirena de aquellas que Ulises, sagaz, 2
amaba y temía. 3
Por tus ojos verdes yo me perdería. 4

Por tus ojos verdes en lo que, fugaz, 5
brillar suele, a veces, la melancolía; 6
por tus ojos verdes tan llenos de paz, 7
misteriosos como la esperanza mía; 8
por tus ojos verdes, conjuro eficaz, 9
yo me salvaría. 10

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