Doña Primavera, Gabriela Mistral
Gabriela Mistral nos presenta un poema muy alegre en el que los colores, la primavera, son el tema principal de los versos. Mediante la utilización de la copla nos ofrece las diferentes imágenes de la entrada de la nueva estación.
En la primera copla personifica la estación de la primavera como una mujer madura, con una larga trayectoria vital y que, aunque mayor, viste de colores y vive de una manera alegre. A través de la imagen del naranjo, doña primavera inicia su presencia en la nueva estación.
Una nueva estrofa nos sigue describiendo el vestuario de la estación, que además del blanco de la flor del naranjo, casi inmaculado, los rojos y los verdes de las hojas y las flores tienen la naturaleza.
Es una época en que se llena de vida en todas partes. Invita al encuentro de las personas tras un período de aislamiento provocado por el invierno. La primavera es la época en la que los días se hacen más largos, hay una explosión de colores y los pájaros, con su canto, nos sitúan en un período de mayor actividad, de sonidos, de alegría y de cambios, al igual que les pasa a las personas.
También es una época, como dice en esta cuarta estrofa, en la que hay un aumento no sólo de las relaciones personales sino también la creación de vida. Este «aliento fecundo» enfatiza esa sensación de felicidad y llena de alegría a todos los que rodean esta fertilidad. Además, la llegada de la primavera, a nivel físico y emocional, llena de energía, vitalidad, optimismo, alegría. En la siguiente estrofa enfatiza al anterior haciendo capaz a la primavera de cambiar hasta la vida más triste.
La primavera es una suma de detalles que, en conjunto, la hacen una estación única. Con el lento deshielo de la nieve, aparecen fuentes, las aguas bajan cristalinas y el calor del sol calienta el suelo.Es capaz de crear vida incluso en los lugares donde pensamos que no pueda haber. Ayuda a dar fruto a la tierra estéril y puede hacer brotar un rosal de entre las piedras, llenándolo de flores rojas.
El la antepenúltima estrofa, nos muestra la capacidad de la primavera para vestir de belleza, de verdor, de traje esplendoroso, hasta los lugares más tristes como, en este caso, los cementerios, donde hasta la piedra triste y fría es capaz de ser bella y albergar vida.
Se expresa una petición, un deseo en la penúltima estrofa, en la que se le pide a la primavera, casi como una santa a la que le debemos devoción, el milagro de llenar de belleza nuestra vida.
La última estrofa es un rezo, un canto a que esta nueva estación sea una consagración a la vida, a la alegría, al perdón y a la felicidad.
Poema original: Doña Primavera
Doña Primavera 1
viste que es primor, 2
viste en limonero 3
y en naranjo en flor. 4Lleva por sandalias 5
unas anchas hojas, 6
y por caravanas 7
unas fucsias rojas. 8Salid a encontrarla 9
por esos caminos. 10
¡Va loca de soles 11
y loca de trinos! 12Doña Primavera 13
de aliento fecundo, 14
se ríe de todas 15
las penas del mundo... 16No cree al que le hable 17
de las vidas ruines. 18
¿Cómo va a toparlas 19
entre los jazmines? 20¿Cómo va a encontralas 21
junto de las fuentes 22
de espejos dorados 23
y cantos ardientes? 24De la tierra enferma 25
en las pardas grietas, 26
enciende rosales 27
de rojas piruetas. 28Pone sus encajes, 29
prende sus verduras, 30
en la piedra triste 31
de las sepulturas... 32Doña Primavera 33
de manos gloriosas, 34
haz que por la vida 35
derramemos rosas: 36Rosas de alegría, 37
41
rosas de perdón, 38
rosas de cariño, 39
y de exultación. 40