Caricia, Gabriela Mistral

La familia es un elemento importante en la poesía y que siempre ofrece infinidad de opciones en función del tipo de poema se escribe, el estilo del autor y, sobre todo, de quien escribe. Pero lo más relevante es que, dentro de la propia familia, la madre es un elemento muy importante, fuerte y que determina en muchos casos la visión de la maternidad del poeta o la poeta, además de aportar mucha información acerca del escritor.

La poeta adora su madre y el llenarla a besos es una demostración de ese amor. De la misma forma que la abeja busca alimento en la flor, ella observa a un niño y como este toma leche de los pechos de su madre, en su regazo y de manera tranquila, sintiéndose protegido.

La madre sólo tiene ojos para su hijo. La imitación del pequeño de lo que hace la madre es constante, pero para ella sólo existe su hijo y la protección de este. Al final del poema estamos en ese momento en el que hay una pérdida de la madre, que no está presente de manera física en su vida, y su recuerdo se va perdiendo poco a poco. Sin embargo, para la poeta, la pérdida no es tal porque su recuerdo está presente a través de todo lo que ve con sus ojos, los paisajes, el cielo y el mar.

Cuando acabamos de leer el poema, nos quede una sensación de tranquilidad, de felicidad y, al mismo tiempo, de una ligera amargura, ya que parece que a la poeta le ha faltado tiempo para poder estar con su madre y el recuerdo de la misma parece que se ha ido diluyendo más de lo que ella desearía, por eso se fuerza y esfuerza en tenerla presente a través de otras miradas, representadas en este caso por lo que le rodea.

Si bien es cierto que no hay demasiada felicidad en el poema, existe mucha ternura, mucho amor y, sobre todo, una sensación de que la poeta está al lado de su propia madre cuidándola y hablándole, más que elaborando un discurso poético. Esto hace que exista mucho más proximidad entre el lector y la poeta, entendiendo y comprendiendo mejor el mensaje que quiere transmitir.


Nota de Susana Marín.
×

Poema original: Caricia

Madre, madre, tú me besas, 1
pero yo te beso más, 2
y el enjambre de mis besos 3
no te deja ni mirar... 4

Si la abeja se entra al lirio, 5
no se siente su aletear. 6
Cuando escondes a tu hijito 7
ni se le oye respirar... 8

Yo te miro, yo te miro 9
sin cansarme de mirar, 10
y qué lindo niño veo 11
a tus ojos asomar... 12

El estanque copia todo 13
lo que tú mirando estás; 14
pero tú en las niñas tienes 15
a tu hijo y nada más. 16

Los ojitos que me diste 17
me los tengo de gastar 18
en seguirte por los valles, 19
por el cielo y por el mar... 20

21

Comentarios

Publique su comentario sincero

Gracias por decidir aportar un comentario. Sepa que todos los mensajes son moderados, y su email NO aparecerá publicado ni se compartirá de forma alguna.

Últimos comentarios

  • marta: muy bonito el poema, me ha encantado , gracias. marta... | Amor Eterno
  • Juan D. Brito: Un llamado para que velemos por la infancia... | Piececitos
  • Arnaldo Arteaga: Siento dolor pena y quebranto,pero así no es el amor, el amor es dulce,es seren... | Acuérdate de mí

  • Desde 2013, Poemario es una referencia de la poesía, analizando el trabajo y la influencia cultural de los mayores autores de la historia, constituído por:

  • David Rubio
    Profesor y consultor literario
  • Paulo Altamirano
    Escritor y traductor literario
  • Rocío Calvo Fernández
    Profesora de Literatura Española
  • Mario Sanchez
    Crítico de arte, teatro y literatura
  • Victoria Jorrat
    Escritora
  • Privacidad - Contáctenos