Qué Lástima!, León Felipe

¡Qué lástima1
que yo no pueda cantar a la usanza2
de este tiempo lo mismo que los poetas que hoy cantan!3
¡Qué lástima4
que yo no pueda entonar con una voz engolada5
esas brillantes romanzas6
a las glorias de la patria!7
¡Qué lástima8
que yo no tenga una patria!9
Sé que la historia es la misma, la misma siempre, que pasa10
desde una tierra a otra tierra, desde una raza11
a otra raza,12
como pasan13
esas tormentas de estío desde esta a aquella comarca.14
¡Qué lástima15
que yo no tenga comarca,16
patria chica, tierra provinciana!17
Debí nacer en la entraña18
de la estepa castellana19
y fui a nacer en un pueblo del que no recuerdo nada;20
pasé los días azules de mi infancia en Salamanca,21
y mi juventud, una juventud sombría, en la Montaña.22
Después... ya no he vuelto a echar el ancla,23
y ninguna de estas tierras me levanta24
ni me exalta25
para poder cantar siempre en la misma tonada26
al mismo río que pasa27
rodando las mismas aguas,28
al mismo cielo, al mismo campo y en la misma casa.29
¡Qué lástima30
que yo no tenga una casa!31
Una casa solariega y blasonada,32
una casa33
en que guardara,34
a más de otras cosas raras,35
un sillón viejo de cuero, una mesa apolillada36
(que me contaran37
viejas historias domésticas como a Francis Jammes y a Ayala)38
y el retrato de un mi abuelo que ganara39
una batalla.40
¡Qué lástima41
que yo no tenga un abuelo que ganara42
una batalla,43
retratado con una mano cruzada44
en el pecho, y la otra en el puño de la espada!45
Y, ¡qué lástima46
que yo no tenga siquiera una espada!47
Porque..., ¿Qué voy a cantar si no tengo ni una patria,48
ni una tierra provinciana,49
ni una casa50
solariega y blasonada,51
ni el retrato de un mi abuelo que ganara52
una batalla,53
ni un sillón viejo de cuero, ni una mesa, ni una espada?54
¡Qué voy a cantar si soy un paria55
que apenas tiene una capa!56

Sin embargo...57
en esta tierra de España58
y en un pueblo de la Alcarria59
hay una casa60
en la que estoy de posada61
y donde tengo, prestadas,62
una mesa de pino y una silla de paja.63
Un libro tengo también. Y todo mi ajuar se halla64
en una sala65
muy amplia66
y muy blanca67
que está en la parte más baja68
y más fresca de la casa.69
Tiene una luz muy clara70
esta sala71
tan amplia72
y tan blanca...73
Una luz muy clara74
que entra por una ventana75
que da a una calle muy ancha.76
Y a la luz de esta ventana77
vengo todas las mañanas.78
Aquí me siento sobre mi silla de paja79
y venzo las horas largas80
leyendo en mi libro y viendo cómo pasa81
la gente a través de la ventana.82
Cosas de poca importancia83
parecen un libro y el cristal de una ventana84
en un pueblo de la Alcarria,85
y, sin embargo, le basta86
para sentir todo el ritmo de la vida a mi alma.87
Que todo el ritmo del mundo por estos cristales pasa88
cuando pasan89
ese pastor que va detrás de las cabras90
con una enorme cayada,91
esa mujer agobiada92
con una carga93
de leña en la espalda,94
esos mendigos que vienen arrastrando sus miserias, de Pastrana,95
y esa niña que va a la escuela de tan mala gana.96
¡Oh, esa niña! Hace un alto en mi ventana97
siempre y se queda a los cristales pegada98
como si fuera una estampa.99
¡Qué gracia100
tiene su cara101
en el cristal aplastada102
con la barbilla sumida y la naricilla chata!103
Yo me río mucho mirándola104
y la digo que es una niña muy guapa...105
Ella entonces me llama106
¡tonto!, y se marcha.107
¡Pobre niña! Ya no pasa108
por esta calle tan ancha109
caminando hacia la escuela de muy mala gana,110
ni se para111
en mi ventana,112
ni se queda a los cristales pegada113
como si fuera una estampa.114
Que un día se puso mala,115
muy mala,116
y otro día doblaron por ella a muerto las campanas.117

Y en una tarde muy clara,118
por esta calle tan ancha,119
al través de la ventana,120
vi cómo se la llevaban121
en una caja122
muy blanca...123
En una caja124
muy blanca125
que tenía un cristalito en la tapa.126
Por aquel cristal se la veía la cara127
lo mismo que cuando estaba128
pegadita al cristal de mi ventana...129
Al cristal de esta ventana130
que ahora me recuerda siempre el cristalito de aquella caja131
tan blanca.132
Todo el ritmo de la vida pasa133
por el cristal de mi ventana...134
¡Y la muerte también pasa!135

¡Qué lástima136
que no pudiendo cantar otras hazañas,137
porque no tengo una patria,138
ni una tierra provinciana,139
ni una casa140
solariega y blasonada,141
ni el retrato de un mi abuelo que ganara142
una batalla,143
ni un sillón de viejo cuero, ni una mesa, ni una espada,144
y soy un paria145
que apenas tiene una capa...146
venga, forzado, a cantar cosas de poca importancia!147

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Análisis

La realidad social del momento entristece al poeta. La política que se lleva a cabo por parte del gobierno también y como su mal uso afecta a todo es algo que hace que el protagonista del poema se sienta un apátrida, un paria, como él mismo se define. El poeta se siente incapaz de alabar a través de sus versos a su país porque no lo siente como suyo. Cree que quienes versifican en apoyo al régimen que gobierna en ese momento no lo hacen de forma sincera, como si buscaran el beneplácito de alguien.

Para el poeta quien gobierna es el dueño de la historia del país y lo que hace con ella y lo que tergiversa afecta a todos. Así, ni siquiera donde ha nacido le hace sentir añoranza y para él sólo existe el recuerdo de lo que era antes ese lugar. Hace referencia su pasado, a su casa, a la historia de su familia, que ya no existe. Su patria ha expulsado esos recuerdos de la historia, y el bando perdedor ya no está. El poeta se siente desnudo porque su país lo ha apartado, lo ha repudiado.

Aun así el poeta se sienta acompañado por parte de ese mismo pueblo enfrentado. Sabe que, por muy poco que tenga o que le den, será mucho más y más querido de lo que tenía hasta ese momento. Para él lo más importante es, al final, la luz y la libertad que se abrirán paso definitivamente.

Sus versos los dedica a lo cotidiano, a hechos que pueden parecer intrascendentes, pero que, de una manera u otra, representan muy bien la realidad social. El poeta pasó un tiempo contemplando el día a día de las personas y se da cuenta de que hay una realidad social importante, con sus miserias y sus faltas.

El hecho de que una niña se muera nos habla no solamente de un hecho aislado, sino también de la infancia que se ha perdido y de una realidad importante: la mortalidad infantil. La muerte no perdona y menos a los más pequeños. El entierro sólo certifica esta realidad, como su cara muerta a través del cristal del ataúd. El poeta versa sobre lo cotidiano porque que es una realidad importante, esencial y que demuestra los horrores de una sociedad enfrentada, pobre, sin esperanza y sin oportunidades.

Nota de Susana Marín.

Marín, Susana. Ago., 2014. Qué Lástima!, de León Felipe. Poemario. Acceso en https://poemario.com/que-lastima/

Ejemplos de figuras literarias en Qué Lástima!

Figura literaria Ejemplo Descripción
Metáfora "¡Qué lástima que yo no pueda entonar con una voz engolada esas brillantes romanzas a las glorias de la patria!" Representa las canciones de alabanza a la patria como algo valioso y precioso, que el poeta lamenta no poder cantar.
Símil "Sé que la historia es la misma, la misma siempre, que pasa desde una tierra a otra tierra, desde una raza a otra raza, como pasan esas tormentas de estío desde esta a aquella comarca." Comparación que hace hincapié en el ciclo constante y universal de la historia humana.
Prosopopeya "¡Qué lástima que yo no tenga una casa! Una casa solariega y blasonada, una casa en que guardara, a más de otras cosas raras, un sillón viejo de cuero, una mesa apolillada" La casa es personificada como un espacio lleno de memoria y conexión con el pasado, algo que el poeta lamenta no tener.
Hipérbole "y soy un paria que apenas tiene una capa" Afirmación que implica una exageración que sirve para destacar la sensación de desposesión y marginación.
Hiperbatón "¡Y la muerte también pasa!" El desplazamiento de "también" al final de la oración aumenta la fuerza del hecho de que la muerte, como todas las cosas, también pasa por su ventana.
Elipsis "¡Qué lástima que yo no tenga una casa! Una casa solariega y blasonada, una casa... " La elipsis se identifica a partir del hecho de que no se especifica por qué exactamente es una lástima no tener una casa, dejando al lector pensar y comprender el sentimiento subyacente de la pérdida.
Anáfora "¡Qué lástima que yo no tenga una patria!... ¡Qué lástima que yo no tenga una casa!" La repetición de la frase "¡Qué lástima que yo no tenga..." marca el lamento y su sensación de pérdida.
Antítesis "Todo el ritmo de la vida pasa por el cristal de mi ventana... ¡Y la muerte también pasa!" Se pone en contraste "vida" y "muerte", que pasan por la ventana, destacando la dualidad y la inevitabilidad de ambos fenómenos.
Paralelismo "ni una casa solariega y blasonada, ni el retrato de un mi abuelo que ganara una batalla, ni un sillón de viejo cuero, ni una mesa, ni una espada" Esta serie de líneas repite la estructura "ni una..." creando un paralelismo que enfatiza las cosas que el poeta no tiene.
Metonimia "y soy un paria que apenas tiene una capa" La capa se utiliza como metonimia para representar todas las posesiones del poeta, destacando su pobreza y su falta de bienes materiales.


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  • Arturo Rodríguez Roque Abr., 2023

    León Felipe Camino, el inmortal poeta español a quien conocí en mi libro de literatura española de la escuela secundaria, y a quien tanto admiro, y recuerdo también en su poema “Vencidos”. ¡ HONOR Y GLORIA AL POETA!