A un Poeta Menor de la Antología, Jorge Luis Borges

¿Dónde está la memoria de los días1
que fueron tuyos en la tierra, y tejieron2
dicha y dolor y fueron para ti el universo?3

El río numerable de los años4
los ha perdido; eres una palabra en un índice.5

Dieron a otros gloria interminable los dioses,6
inscripciones y exergos y monumentos y puntuales historiadores;7
de ti sólo sabemos, oscuro amigo,8
que oíste al ruiseñor, una tarde.9

Entre los asfodelos de la sombra, tu vana sombra10
pensará que los dioses han sido avaros.11

Pero los días son una red de triviales miserias,12
¿y habrá suerte mejor que ser la ceniza,13
de que está hecho el olvido?14

Sobre otros arrojaron los dioses15
la inexorable luz de la gloria, que mira las entrañas y enumera las grietas,16
de la gloria, que acaba por ajar la rosa que venera;17
contigo fueron más piadosos, hermano.18

En el éxtasis de un atardecer que no será una noche,19
oyes la voz del ruiseñor de Teócrito.20

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Análisis

“La gloria es una de las formas del olvido”, escribió Borges una vez. ¿Para qué escriben los escritores? ¿Por una necesidad de expresión artística, por alcanzar el elogio del prójimo, por aparecer en las antologías literarias? ¿O hay un poco de todo?

Pero qué sucede si nuestros poemas no son más que una nota a pie de página, si nuestros textos no atraen la mirada de los críticos o de los lectores, si se pierden en el inmenso magma de las letras impresas (o virtuales). ¿Merece la pena?

¿Merece la pena escribir si nuestros textos no trascienden?

A todas estas preguntas trata de dar respuesta el poema de Borges titulado “A un poeta menor de la antología”. Y una de las primeras sensaciones que surge en el lector cuando termina de leer la pieza es: ¿se está refiriendo a sí mismo? Sí y no.

A nivel de autoestima, Borges no era muy diferente de muchos de nosotros. Tenía días mejores y peores. Célebre es, por ejemplo, su relación con el premio Nobel, con ironías como: “yo siempre seré el futuro Nobel”. Siempre era favorito, pero nunca se lo daban…

Borges se dirige en este poema a un escritor olvidado

De cualquier forma, el yo lírico de “A un poeta menor de la antología” se dirige a un tú, que puede ser cualquiera que se haya sentido mediocre u olvidado en su faceta artística o literaria. Puedes ser tú, puedo ser yo, o puede ser el propio Borges, dependiendo del día…

El poema (perteneciente a El otro, el mismo de 1964) se abre con una estrofa que sitúa al protagonista, al poeta menor, en un etapa avanzada de su carrera, en la que mira con nostalgia a un pasado más brillante. Borges es duro en la segunda estrofa, señalando que el poeta no es más que una referencia en un libro, no está ya en boca de todos, si es que alguna vez lo estuvo.

¿La gloria, el triunfo, está en el olvido, en el fracaso?

La tercera estrofa es clave ya que muestra ese mensaje doble que está detrás del poema: el poeta menor ya no le importa a nadie, pero una vez, al menos una vez, vio la belleza y la supo plasmar en un poema. Para siempre.

Después refuerza la misma idea en la quinta estrofa, una idea, de cualquier forma, compleja y ambigua, tal vez irónica, si interpretamos el poema desde otro prisma. Pero en nuestra opinión, Borges está exprimiendo el concepto con el que hemos iniciado este texto: la gloria es una de las formas de olvido, que nos recuerda aquella otra frase de Leopoldo Panero: “el fracaso es el más resplandeciente de los triunfos”.

Y al final, el poema, ofrece otra clave interpretativa: la luz de la gloria marchita la rosa, la fama puede destruir al poeta y a su obra. Mejor ser mediocre, auténtico, libre para hacer eterna la belleza del instante. Y es que el poeta menor, en el fondo, es un afortunado… según Borges.

Nota de David Rubio.

Rubio, David. May., 2016. A un Poeta Menor de la Antología, de Jorge Luis Borges. Poemario. Acceso en https://poemario.com/poeta-antologia/

Ejemplos de figuras literarias en A un Poeta Menor de la Antología

Figura Literaria Ejemplo Descripción
Metáfora "El río numerable de los años" La vida se compara con un río que fluye, lo que implica que el tiempo pasa ininterrumpidamente y se lleva los eventos de la vida.
Metáfora "eres una palabra en un índice" La existencia de una persona es comparada con ser simplemente una entrada en un índice, sugiriendo que su vida se ha reducido a una mención mínima y fácil de pasar por alto.
Prosopopeya (Personificación) "que oíste al ruiseñor, una tarde." El ruiseñor, a menudo simbolizando poesía o música, se presenta como si tuviera la intención consciente de ser escuchado, dándole cualidades humanas.
Hipérbole "gloria interminable" Exagera el concepto de la gloria para enfatizar que la fama o el reconocimiento que algunos reciben parece no tener fin.
Elipsis "Entre los asfodelos de la sombra, tu vana sombra" Omite detalles sobre la acción o el pensamiento concretos, dejando a la vana sombra en un estado de pensamiento no especificado.
Anáfora "de la gloria, que" repetido en dos líneas consecutivas La repetición de "de la gloria, que" enfatiza el concepto de gloria y sus efectos, tanto positivos como negativos.
Antítesis "dicha y dolor" Contrapone dos emociones extremas que juntas abarcan la totalidad de la experiencia humana.
Oxímoron "vana sombra" Combina dos términos contradictorios; "vana" implica algo sin sentido o propósito, mientras que "sombra" podría simbolizar existencia o presencia.
Paralelismo "inscripciones y exergos y monumentos y puntuales historiadores" La estructura paralela de esta lista enfatiza las diferentes maneras en que la gloria y la memoria se pueden perpetuar.
Metonimia "la ceniza, de que está hecho el olvido" La ceniza es usada para representar el olvido, como un producto del fuego que consume los recuerdos y deja atrás sólo el olvido.


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