Obrerito, Gabriela Mistral

Otro elemento temático muy importante la poesía es el relacionado con las personas más cercanas al poeta, que en la mayoría de las ocasiones suelen ser parejas o familiares. Entre estos últimos, los que más se destacan siempre son hijos y la figura de la madre, esencial en muchos de los escritores más conocidos.

En este caso, la madre es el eje central del poema. La poeta cuenta el deseo de un niño de ayudar con la fuerza de su trabajo para poder cuidar de su madre, ser fuerte y que no tenga que volver a trabajar. Desea llevarla a conocer mundo, viajar con ella y cuidarla de ella en casa.

Quiera hacer una casa con un porche para que descanse a la sombra de este. Desea trabajar en el campo y ofrecerle sus frutos para que no le falte nada. Para él no sólo es un trabajo, es prosperar para cuidar, devolver a su madre todo ese amor que le dio. Para el niño, la luz, las ventanas de la casa, son el reflejo de su deseo de cambiar de status económico y social.

Si lo vemos desde el punto de vista literal estamos ante un poema sencillo, de deseo infantil y de un futuro incierto pero muy revelador para el niño, ya que tiene claro qué es lo que quiere hacer, cómo desea realizarlo y, sobre todo, ofrecer todo su sacrificio a su madre, a la que quiere muchísimo.

Sin embargo, si lo leemos más detenidamente, nos encontramos con un poema en el que hay un reflejo de la sociedad de ese momento. Nos damos cuenta de que estamos ante una situación social en la que había mucha dificultad para poder prosperar. En la que la diferencia entre las personas que tenían un poder adquisitivo alto y las que no lo tenían era enorme.

Es por ello que es importante destacar la importancia de utilizar el trabajo como manera de poder mejorar económicamente y, además, utilizarlo como paso previo a un cambio de clase social. Ya no estamos hablando de tener un estatus por herencia familiar, sino que estamos leyendo como los nuevos ricos, la burguesía, se estén imponiendo, a través del trabajo, como una clase social en auge y con poder.


Nota de Susana Marín.
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Poema original: Obrerito

Madre, cuando sea grande, 1
¡ay..., qué mozo el que tendrás! 2
Te levantaré en mis brazos, 3
como el zonda al herbazal. 4

O te acostaré en las parvas 5
o te cargaré hasta el mar 6
o te subiré las cuestas 7
o te dejaré al umbral. 8

¿Y qué casal ha de hacerte 9
tu niñito, tu titán, 10
y qué sombra tan amante 11
sus aleros van a dar? 12

Yo te regaré una huerta 13
y tu falda he de cansar 14
con las frutas y las frutas 15
que son mil y que son más. 16

O mejor te haré tapices 17
con la juncia de trenzar; 18
o mejor tendré un molino 19
que te hable haciendo el pan. 20

Cuenta, cuenta las ventanas 21
y las puertas del casal; 22
cuenta, cuenta maravillas 23
si las puedes tú contar... 24

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