Luna de Aldea, Ernesto Noboa y Caamaño

Dulces juegos infantiles1
en la plaza de la aldea,2
bajo la luz de la luna,3
sobre la alfombra de tierra.4

Ellos y ellas, en un coro5
alegres saltan y juegan;6
ellos les buscan las manos7
y ellas se dejan cogerlas.8

Sopla cadenciosa y suave9
la brisa de primavera10
trayendo el agreste aroma11
de las cercanas praderas.12

¡Dulces juegos infantiles,13
voces claras y sedeñas!14
Una risa fresca y pura15
se junta a otra pura y fresca.16

Y en un rincón apartado17
quizás una amante pareja18
se inicia en el sufrimiento19
con la caricia primera.20

En la mitad de la plaza21
hay una fuente de piedra22
donde se baña la luna23
como para ahogar su pena.24

Vibra en la copa del aire25
el son frágil de las cuerdas26
de una guitarra cascada27
y una voz que canturrea:28

"La Virgen de los Dolores29
vio mis lágrimas primeras;30
yo le regalaba flores31
para que tú me quisieras".32

¡Dulces juegos infantiles,33
voces claras y sedeñas,34
y almas sencillas que lloran35
por una esperanza muerta!36

Suenan once campanadas37
en el reloj de la iglesia,38
la voz doliente se apaga,39
los juegos alegres cesan.40

Por la blancura apacible41
de las angostas callejas,42
ellos y ellas, de las manos,43
a los hogares regresan.44

Y en el silencio dormido45
sobre la plaza desierta,46
sólo la fuente y la luna47
siguen rimando sus penas.48

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