Límites, Jorge Luis Borges
De estas calles que ahondan el poniente,1
una habrá (no sé cuál) que he recorrido2
ya por última vez, indiferente3
y sin adivinarlo, sometido4a quien prefija omnipotentes normas5
y una secreta y rígida medida6
a las sombras, los sueños y las formas7
que destejen y tejen esta vida.8Si para todo hay término y hay tasa9
y última vez y nunca más y olvido10
¿Quién nos dirá de quién, en esta casa,11
sin saberlo, nos hemos despedido?12Tras el cristal ya gris la noche cesa13
y del alto de libros que una trunca14
sombra dilata por la vaga mesa,15
alguno habrá que no leeremos nunca.16Hay en el Sur más de un portón gastado17
con sus jarrones de mampostería18
y tunas, que a mi paso está vedado19
como si fuera una litografía.20Para siempre cerraste alguna puerta21
y hay un espejo que te aguarda en vano;22
la encrucijada te parece abierta23
y la vigila, cuadrifronte, Jano*.24Hay, entre todas tus memorias, una25
que se ha perdido irreparablemente;26
no te verán bajar a aquella fuente27
ni el blanco sol ni la amarilla luna.28No volverá tu voz a lo que el persa29
dijo en su lengua de aves y de rosas,30
cuando al ocaso, ante la luz dispersa,31
quieras decir inolvidables cosas.32¿Y el incesante Ródano y el lago,33
todo ese ayer sobre el cual hoy me inclino?34
Tan perdido estará como Cartago35
que con fuego y con sal borró el latino*.36Creo en el alba oír un atareado37
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rumor de multitudes que se alejan;38
son lo que me ha querido y olvidado;39
espacio, tiempo y Borges ya me dejan.40
Análisis
Todos los artistas se pueden poner un poco ‘pesados’ con algunos temas. Insisten e insisten. Son obsesiones que les subyugan y no les abandonan. El arte surge en soledad, y cuando estamos solos nos enfrentamos a esas obsesiones. Insistir en un tema también ayuda a configurar un estilo. Y en literatura es casi imprescindible para generar una voz propia.
Los límites son el tiempo como principio y final
Borges tenía una voz única y en su poesía abundaba el desarrollo de una de sus obsesiones: el tiempo. El poema “Límites” pertenece a El Hacedor (1960), uno de los libros más populares del bonaerense. Y los límites no son otra cosa que el tiempo, el tiempo como dimensión humana, el tiempo como principio y final.
No obstante, a diferencia de otros poemas, “Límites” deja una sensación de tristeza, casi de angustia, una vez que nos deslizamos fuera de él tras leer el último verso. Porque aquí no hay lugar a la reflexión sobre el carácter cíclico del tiempo, sobre la eternidad del instante, aquí Borges expone los límites que tenemos como seres finitos.
¿Cuándo recorreré esta calle por última vez? ¿Será esta?
¿No habéis pensado alguna vez lo mismo que Borges? “Tal vez esta sea la última vez que visito esta ciudad, quizás no pase nunca más por esta calle”. Y lo peor de todo es que nunca lo sabremos. Somos ‘indiferentes’ al destino, no conocemos nuestro porvenir. Solo sabemos que un día recorremos por última vez tal o cual calle.
Más adelante, Borges mira a su biblioteca y se angustia al comprender que aquel libro de la estantería nunca será leído, nunca será abierto. El dios del tiempo hace acto de presencia, aunque en esta ocasión tiene cuatro caras. Tal vez esa cuarta dimensión que es para nosotros el tiempo.
¿El último grano de arena ha caído? ¿Por qué la muerte?
Y llegamos a la última y significativa estrofa. Borges se desdobla, se mira al espejo, es el otro y el mismo. El autor argentino también disfrutaba de este juego de identidades consigo mismo. ¿Quién es Borges? ¿El escritor? ¿El hijo? ¿El lector? ¿El que siempre es candidato al Nobel o el que recita poemas en un diván?
No importa, Borges es alguien y cualquiera, y en este poema cae en el olvido, de los enemigos y de los amigos. El último grano de arena ha caído.
Podemos imaginar a Borges escribiendo este poema entre triste y enfadado, por no aceptar la finitud del ser humano, preguntándose: ¿por qué no recorrer esta calle eternamente? ¿Por qué no podemos soñar siempre? ¿Por qué la muerte?
Rubio, David. Abr., 2016. Límites, de Jorge Luis Borges. Poemario. Acceso en https://poemario.com/limites-borges/
Ejemplos de figuras literarias en Límites
Figuras Literarias | Ejemplos | Descripción |
---|---|---|
Metáfora | "De estas calles que ahondan el poniente" | Expone la idea de que las calles conducen al final de algo, como el final del día. |
Metáfora | "las sombras, los sueños y las formas que destejen y tejen esta vida" | Esta metáfora describe aspectos de la vida (sombras, sueños y formas), formulando una sensación de constante cambio y evolución. |
Simil | "a quien prefija omnipotentes normas y una secreta y rígida medida" | El poeta plantea una comparación basada en la propia persona resepcto de alguien sometido a normas y medidas omnipotentes y rígidas, lo que refuerza su sentimiento de impotencia frente a los cambios inevitables de la vida. |
Prosopopeya | "y hay un espejo que te aguarda en vano" | Personifica a un espejo que espera en vano, lo que resalta la ausencia del poeta y su incapacidad para volver a ciertos momentos de su vida. |
Hipérbole | "Tan perdido estará como Cartago que con fuego y con sal borró el latino." | Amplifica la idea de pérdida, comparándola con la destrucción de la antigua ciudad de Cartago. El poeta utiliza este ejemplo para subrayar la profundidad y la irreversibilidad de una pérdida propia. |
Hiperbatón | "Y el incesante Ródano y el lago, todo ese ayer sobre el cual hoy me inclino" | Destaca la referencia al pasado ("todo ese ayer") y su influencia en el presente del poeta ("sobre el cual hoy me inclino"). |
Elipsis | "Tras el cristal ya gris la noche cesa" | Se omite la causa de la noche que termina detrás del cristal gris, lo que permite al lector imaginar lo que sucedió. |
Anáfora | "hay un espejo que te aguarda en vano; la encrucijada te parece abierta" | El uso repetido de "hay" y "te" acentúa los temas de la pérdida y el cambio. |
Antítesis | "Para siempre cerraste alguna puerta y hay un espejo que te aguarda en vano" | Estos dos conceptos opuestos (cerrar una puerta y un espejo que espera en vano) se yuxtaponen para enfatizar la idea de oportunidades perdidas y cambios irrevocables. |
Paralelismo | "Si para todo hay término y hay tasa y última vez y nunca más y olvido" | Expone la inevitabilidad del final y la despedida a todas las cosas. |
Metonimia | "es lo que me ha querido y olvidado" | El "lo que me ha querido y olvidado" se refiere a las personas de su pasado, utilizando sus acciones (amar y olvidar) para representarlas. |
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