Desencanto, Dolores Veintimilla

¿Por qué mi mente con tenaz porfía 1
Mi voluntad combate; y obstinada, 2
Tristes recuerdos de la infancia mía 3
Ofrece a mi memoria infortunada? 4
¿Por qué se cambia el esplendente día 5
En mustia sombra del dolor velada, 6
Y a la sonrisa de inocente calma 7
Sucede el llanto y la ansiedad de mi alma? 8

Las puras flores que mi cien orlaron 9
De mi frente fugaz se desprendieron, 10
Y cual sombra levísima pasaron 11
En pos llevando el bien que me ofrecieron. 12
Sólo las horas del dolor quedaron; 13
Las horas del placer nunca volvieron, 14
Y de mi vida en el perdido encanto 15
Sólo me queda por herencia el llanto. 16

Yo era en mi infancia alegre y venturosa 17
Como la flor que el céfiro acaricia, 18
Fascinada cual blanda mariposa 19
Que incauta goza en férvida delicia; 20
Pero la humana turba revoltosa 21
Mi corazón hirió con su injusticia 22
Y veóme triste, en la mitad del mundo, 23
Víctima infausta de un dolor profundo. 24

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El poema Desencanto como imagen

Desencanto, por Dolores Veintimilla

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    Profesor y consultor literario
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    Escritor y traductor literario
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    Profesora de Literatura Española
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    Crítico de arte, teatro y literatura
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    Escritora
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