Una Pareja Perdida, Gabriel Celaya
Iban los dos vestidos con descaro1
—minifalda, melenas—2
cogidos de la mano,3
tan jóvenes que casi daban miedo,4
tan absortos en un cero5
que, aunque no se veían, les unía absolutos6
algo fieramente puro.7
Iban a cualquier parte cogidos de la mano.8
Se amaban sin tristeza,9
ni alegría, ni nada.10
Y a veces se miraban, pero no se veían.11
Y luego se sentaban en un banco cualquiera.12
Pero no se veían.13
Ella era muy bonita; parecía aturdida;14
él, feroz y esmirriado.15
No hablaban. No tenían ya nada que decirse.16
Ya no se deseaban.17
Pero seguían juntos, cogidos de la mano,18
frente a algo que espantaba.19Mientras el transistor seguía sonando.20
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Análisis
Una pareja muy joven, como su ropa, van de la mano. Parece una imagen feliz. Sin embargo, aunque están juntos, no hay un gesto que haga que haya amor o felicidad entre ellos. Hay un vacío entre ambos. La rutina, el tedio y el desamor están presente en su relación. No hay complicidad e incluso no hay conexión visual.
Física y emocionalmente son diferentes. Sólo los une la rutina de estar juntos y el miedo a separarse y sentirse solos. La música, incluso con un mal sonido, al ser un transistor, acompaña esa imagen triste de la pareja que sentimos que poco a poco se va desmoronando y que se va cosificando.
El poeta, en este poema, nos habla de una relación que no tiene futuro. Que nació seguramente demasiado pronto y que, finalmente, muere también demasiado pronto. En muchos aspectos es importante conocer el sentido real del amor, que no significa únicamente el estar juntos, que no significa únicamente el estar acompañado “por”. Una relación es algo mucho más profundo y, seguramente a ciertas edades es algo que se desconoce.
No se habla del pasado de la pareja, de sus momentos felices, etcétera. Solamente se nos presenta en ese estadio final en el que un paso adelante quiebra todo lo que se ha construido hasta ese momento. El transistor, ese elemento antiguo, que nos hace escuchar la música con dificultad, es un reflejo de la propia relación entre los dos jóvenes: no se escuchan bien.
Seguramente, por las pinceladas que podemos observar en los versos, era una pareja feliz, que se quiso y que se unió muy tempranamente. Pero la pareja como tal ha dejado de existir. La rutina y el miedo a lo desconocido es lo que impide la separación entre ellos. El final del poema es abierto porque en ningún momento se nos habla de qué es lo que ha ocurrido finalmente.
Únicamente se nos muestra un fotograma, un momento de una relación. El lector es quien va a despertar en su imaginación qué es lo que ha podido ocurrir finalmente. De esta forma, el poeta interactúa directamente con el lector buscando su complicidad, buscando que tome partido por el amor o por la derrota del mismo.
Marín, Susana. Abr., 2015. Una Pareja Perdida, de Gabriel Celaya. Poemario. Acceso en https://poemario.com/una-pareja-perdida/
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