Setenta Balcones y Ninguna Flor, Baldomero Fernández Moreno
El poeta nos muestra un lugar en el que habitar, grande, con luz, pero en el que no hay latidos vitales y donde el siente que falta color y el aroma de la vida, de la naturaleza, del ser humano. Todo lo llena el vacío, no hay juventud, ilusión y tampoco inspiración.
Las flores no tienen quienes las vean en el jardín y por eso para el poeta no existen, porque nadie las puede admirar. Para el poeta, quien no ama la naturaleza, quien no ama la belleza, lo que inspira esta, la música que tiene, no sabrá amar nunca. Hay un final circular porque vuelve otra vez a nombrar un lugar sin vida, sin belleza, pero no porque no la tenga sino porque nadie puede mirarla.
La importancia que tiene un lugar para que sea casa, para que se llame un espacio propio, reside en que este llena de vida en muchos aspectos. Puede haber gente viviendo en ella y no haber vida en la misma. Es por ello que el poeta siente que la casa en la que está no hay nada.
Toda la belleza que puede rodear la vida en aquel lugar no existe porque no hay nadie que pueda fijarse en el color de las flores, en cómo van creciendo, los cambios de luz dentro del hogar, en los olores que podemos inspirar cuando nos levantamos y salimos a uno de esos setenta balcones de los que habla el poeta.
Pero al mismo tiempo hace una crítica importante al ser humano. Cada vez nos fijamos menos en la importancia que tiene el sentir la belleza que nos rodea, en esos pequeños momentos únicos que pasan rápidamente y que nos perdemos a diario.
El poeta nos quiere hacer ver que hay momentos que, bien sea por la música, por el calor y el color del momento, por la luz, etc., que hacen que nos demos cuenta de lo pequeños que somos en comparación con todo lo que la tierra nos ofrece. Sin embargo, si nos cerramos a esto, si hacemos que nuestra vida sea un camino gris, sin ilusiones y, sobre todo, sin abrir los ojos a lo bello que puede rodearnos… eso mismo que dejamos de apreciar, desaparecerá porque dejará de existir para nosotros.
Poema original: Setenta Balcones y Ninguna Flor
Setenta balcones hay en esta casa, 1
setenta balcones y ninguna flor. 2
¿A sus habitantes, Señor, qué les pasa? 3
¿Odian el perfume, odian el color? 4La piedra desnuda de tristeza agobia, 5
¡Dan una tristeza los negros balcones! 6
¿No hay en esta casa una niña novia? 7
¿No hay algún poeta bobo de ilusiones? 8¿Ninguno desea ver tras los cristales 9
una diminuta copia de jardín? 10
¿En la piedra blanca trepar los rosales, 11
en los hierros negros abrirse un jazmín? 12Si no aman las plantas no amarán el ave, 13
no sabrán de música, de rimas, de amor. 14
Nunca se oirá un beso, jamás se oirá un clave… 15¡Setenta balcones y ninguna flor! 16
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Comentarios
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Hachi Jun., 2022
Es muy lindo el poema
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Maiko May., 2022
La primera vez que leí este poema fue cuando cursaba el tercer año de primaria, por parte de mi maetra que nos hizo leerlo a toda la clase, en un pueblito del cual provengo. No me olvido mas de el ni de su autor.
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Carlos bartoletti May., 2022
Si la memoria no me falla en el renglón 2 faltaría una palabra.
Creo que agobian. De lo contrario no da la métrica y la frase queda inconclusa. Puede que sea un mal recuerdo mío.-
Paulo Altamirano May., 2022
Muchas gracias. Su indicación está correcto, y se lo ha actualizado como corresponde.
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