Pequeño Poema Infantil, Rubén Darío
Las hadas existen para el poeta y nombra a personajes históricos para darlo por cierto. Así, Juana de arco, Mahoma y Shakespeare, las vieron de formas diferentes y tamaños. Las hadas hablan de lo hermoso y con un lenguaje que es difícil de entender.
Como en todo grupo, las hay buenas y malas. Una de ellas, Carabosa, tenía una profecía. No era buena y no deseaban nada bueno a los más pequeños, a los bebés. Tenía un interior oscuro. La niña para la que escribe el poema no fue visitada por ninguna. Sin embargo si fue visitada por la virgen María. Esta la protege, consuela y cuida. Su amor la cubre y protege de todo mal.
En este poema hay varias temáticas que tener en cuenta. Por un lado lo fantástico aparece introduciendo una mini historia sobre las hadas, sobre su pequeño mundo y cómo el poeta las presenta como algo real. Es decir, estamos ante una visión más pagana, más fantástica de la vida.
Sin embargo, la última estrofa es la más importante porque pone de lado ese paganismo, lo fantástico y destaca y pone en valor la parte religiosa y cristiana de la sociedad. Por encima de todo, la imagen de la virgen María se ve como algo real, algo que se puede tocar y algo que realmente se ocupa y preocupa de nosotros.
Y combina ambos mundos, lo fantástico y lo religioso, para crear un final en el que el mundo de las hadas se ve como algo negativo, como algo que es inferior a lo religioso desde el punto de vista del cristianismo. La virgen María no solamente se ve como la madre de Dios, sino como algo que existe y nos defiende de las tentaciones, de lo negativo, de lo pagano, etcétera.
Sin embargo, en ningún momento hay una especie de enfrentamiento entre ambos mundos. Se nos presentan los dos más o menos al mismo nivel, destacando al final la figura de la virgen María. Lo importante no es quien puede más o menos, sino el descanso de la pequeña, que crezca sin miedos y rodeada de cuanto más amor posible sea mejor.
Poema original: Pequeño Poema Infantil
Las hadas, las bellas hadas, 1
existen, mi dulce niña, 2
Juana de Arco las vio aladas, 3
en la campiña. 4Las vio al dejar el mirab, 5
ha largo tiempo, Mahoma. 6
Más chica que una paloma, 7
Shakespeare vio a la Reina Mab. 8Las hadas decían cosas 9
en la cuna 10
de las princesas antiguas: 11
que si iban a ser dichosas 12
o bellas como la luna; 13
o frases raras y ambiguas. 14Con sus diademas y alas, 15
pequeñas como azucenas, 16
había hadas que eran buenas 17
y había hadas que eran malas. 18Y había una jorobada, 19
la de profecía odiosa: 20
la llamada 21
Carabosa. 22Si ésta llegaba a la cuna 23
de las suaves princesitas, 24
no se libraba ninguna 25
de sus palabras malditas. 26Y esa hada era muy fea, 27
como son 28
feos toda mala idea 29
y todo mal corazón. 30Cuando naciste, preciosa, 31
no tuviste hadas paganas, 32
ni la horrible Carabosa 33
ni sus graciosas hermanas. 34Ni Mab, que en los sueños anda, 35
ni las que celebran fiesta 36
en la mágica floresta 37
de Brocelianda. 38Y, ¿sabes tú, niña mía, 39
55
por qué ningún hada había? 40
Porque allí 41
estaba cerca de ti 42
quien tu nacer bendecía: 43
Reina más que todas ellas: 44
la Reina de las Estrellas, 45
la dulce Virgen María. 46
Que ella tu senda bendiga, 47
como tu Madre y tu amiga; 48
con sus divinos consuelos 49
no temas infernal guerra; 50
que perfume tus anhelos 51
su nombre que el mal destierra, 52
pues ella aroma los cielos 53
y la tierra. 54