Madrigal (Ojos claros, serenos…), Gutierre de Cetina

Ojos claros, serenos,1
si de un dulce mirar sois alabados,2
¿por qué, si me miráis, miráis airados?3
Si cuanto más piadosos,4
más bellos parecéis a aquel que os mira,5
no me miréis con ira,6
porque no parezcáis menos hermosos.7
¡Ay tormentos rabiosos!8
Ojos claros, serenos,9
ya que así me miráis, miradme al menos.10

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Análisis

El poeta ama a una mujer. Esta prendado de ella y de su mirada. No es correspondido y, además, la mujer, consciente de su belleza, es altiva con él. Se cree bella y mira a los demás con altanería. El poeta le pide a la amada que no le mire así porque pierde su belleza y porque no es bueno que tenga esos sentimientos tan negativos. Se da cuenta de que ella no va a cambiar. Por ello, aunque sufra, prefiere que lo mire mal a que deje de mirarle, ignorarle.

En este poema, el poeta nos presenta a una mujer únicamente por una parte de su físico, los ojos. A través de ellos, el poeta nos presenta a una mujer bella y, al mismo tiempo, según su criterio, consciente de ser atractiva para todos los hombres. Es este mismo rasgo el que hace que su manera de dirigirse a ellos sea con demasiada suficiencia.

El poeta es rechazado, pero en vez de enfrentarse a ese rechazo con madurez, al final los sentimientos que tiene hacia la mujer hacen que prefiera ser rechazado a no estar a su lado. Es por ello que observamos una relación de dependencia del poeta hacia la amada, que no al revés.

Este tipo de amor no correspondido, también es una temática que se utiliza mucho en la poesía amorosa. Sin embargo, en este caso, este amor es algo negativo para el poeta, remueve sus sentimientos más íntimos enfrentando por un lado el deseo de ser correspondido y, al mismo tiempo, la sensación de que se deja humillar por la persona que ama, ya que es consciente de que ella lo rechaza.

El poeta no esconde esta realidad. Al final del poema no solamente se dirige a la mujer para que lo tenga presente en su vida, sino que también se dirige, de alguna manera, al lector para que sintamos algún tipo de cercanía con él, algo que no consigue porque no entendemos que se deje humillar de esa manera, no compartimos esa necesidad de ser parte de la vida de una persona que no le quiere a su lado y por ello sentimos cierta pena por él.

Nota de Susana Marín.

Marín, Susana. May., 2015. Madrigal (Ojos claros, serenos…), de Gutierre de Cetina. Poemario. Acceso en https://poemario.com/ojos-claros-serenos/

Ejemplos de figuras literarias en Madrigal (Ojos claros, serenos…)

Figura Literaria Ejemplo Descripción
Antítesis "si de un dulce mirar sois alabados, ¿por qué, si me miráis, miráis airados?" La antítesis es una figura retórica que consiste en contraponer dos ideas o palabras de significado contrario para formar un juicio más expresivo. En este caso, el "dulce mirar" se contrapone con "miráis airados".
Anáfora "Ojos claros, serenos..." La anáfora es una figura retórica que consiste en la repetición de una o varias palabras al inicio de frases o versos sucesivos. En este caso, "Ojos claros, serenos" se repite en dos ocasiones, al principio del poema y luego cerca del final.
Metáfora "¡Ay tormentos rabiosos!" La metáfora es una figura retórica que consiste en identificar un término real (R) con otro imaginario (I) existiendo entre ambos una relación de semejanza. Aquí, los "tormentos rabiosos" representan el sufrimiento emocional del autor lírico causado por la mirada airada de los "ojos claros, serenos".


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  • Chivis Jul., 2022

    Breve, pero hermoso poema