La Moneda de Hierro, Jorge Luis Borges
Aquí está la moneda de hierro. Interroguemos1
las dos contrarias caras que serán la respuesta2
de la terca demanda que nadie no se ha hecho:3
¿Por qué precisa un hombre que una mujer lo quiera?4Miremos. En el orbe superior se entretejan5
el firmamento cuádruple que sostiene el diluvio6
y las inalterables estrellas planetarias.7
Adán, el joven padre, y el joven Paraíso.8La tarde y la mañana. Dios en cada criatura.9
21
En ese laberinto puro está tu reflejo.10
Arrojemos de nuevo la moneda de hierro11
que es también un espejo magnífico. Su reverso12
es nadie y nada y sombra y ceguera. Eso eres.13
De hierro las dos caras labran un solo eco.14
Tus manos y tu lengua son testigos infieles.15
Dios es el inasible centro de la sortija.16
No exalta ni condena. Obra mejor: olvida.17
Maculado de infamia ¿por qué no han de quererte?18
En la sombra del otro buscamos nuestra sombra;19
en el cristal del otro, nuestro cristal recíproco.20
Análisis
Este poema da título a un libro publicado en 1976. La moneda de hierro forma parte de la última producción poética de Borges, que se recupera en 1960 con El hacedor y llega hasta Los conjurados en 1985, un año antes de su fallecimiento. Así, en las última dos décadas de su vida, Borges retorna a la poesía tras haberse centrado más en el cuento en años anteriores.
Es un Borges tranquilo, pleno, maduro que no necesita triunfar. Escribe para su propio disfrute, declama versos que sus secretarios y amigos llevan al papel, debido a la ceguera ya avanzada. “La moneda de hierro” es uno de esos poemas de aire filosófico, metafísico que tanto desarrolló en su trayectoria. No son poemas fáciles de descifrar. La cultura inabarcable del escritor argentino se volcaba en sus obras y sus poemarios no son una excepción.
Este poema muestra también la pasión por los objetos de Borges que también aparece en muchos de sus cuentos como los populares “El zahir” o “El aleph”. Aquí es una moneda la que pone a trabajar el cerebro del poeta. Sin embargo, entre especulaciones filosóficas se cuela una pregunta de lo más cotidiana: ¿por qué un hombre necesita que una mujer le quiera?
En la segunda estrofa, Borges viaja al inicio de los tiempos según la Biblia cristiana. Es el primer encuentro entre un hombre y una mujer. Adán y Eva. Y más adelante, Borges parece mostrar pequeños retazos autobiográficos. O así lo ven muchos de los seguidores del poeta, siempre analizando cada verso, buscando nuevas claves sobre su vida y sus pasiones.
Borges parece ver en la moneda de hierro un espejo que refleja su cara, su vida. Tal vez el poeta nos esté transmitiendo esa idea de que buscamos en la pareja ese reflejo nuestro, la sombra de nuestro pensamiento, la otra cara de la moneda. Y detrás del espejo, en el reverso, no hay nada. El término “ceguera” no parece elegido al azar.
Todo esto queda afirmado en los dos últimos versos de la pieza que termina con un tono melancólico. El espejo de la moneda refleja nuestros defectos, nuestros temores y frustraciones. Y una pareja, una mujer, por mucho que nos quiera no será capaz de enterrarlos.
De cualquier forma, la significación de “La moneda de hierro” admite diferentes perspectivas. Es evidente que combina filosofía y metafísica con algo aparentemente más banal, como son las relaciones sociales. Borges nunca fue un “erudito” en su relación con las mujeres, y este poema parece transferir también una cierta sensación de desengaño, de derrota.
En el prólogo de este poemario, el escritor argentino manifiesta la libertad con la que sus últimos libros están concebidos. Misceláneas que no tenían intención de satisfacer a sus colegas contemporáneos. Borges escribía para sí mismo, sobre su concepción del mundo en la que, a veces, como en “La moneda de hierro”, se colaba algún resquicio que nos muestra su corazón despojado de literatura.
Rubio, David. Dic., 2015. La Moneda de Hierro, de Jorge Luis Borges. Poemario. Acceso en https://poemario.com/moneda-hierro/
Ejemplos de figuras literarias en La Moneda de Hierro
Figura Literaria | Ejemplo | Descripción |
---|---|---|
Metáfora | "Aquí está la moneda de hierro" | La moneda de hierro representa las opciones binarias de la vida y las decisiones que tomamos, simbolizando que cada elección tiene dos lados o consecuencias. |
Metáfora | "que es también un espejo magnífico" | La moneda se compara con un espejo, sugiriendo que muestra una reflexión profunda sobre la vida y la existencia, o que revela verdades sobre nosotros mismos. |
Prosopopeya (Personificación) | "Dios en cada criatura" | Atribuye a Dios una presencia en todas las criaturas, como si cada una tuviera una chispa o aspecto divino personificado en ella. |
Hipérbole | "el firmamento cuádruple que sostiene el diluvio" | Exagera la idea del firmamento, dándole cualidades casi míticas o sobrenaturales en su capacidad de sostener un diluvio. |
Elipsis | "y nadie y nada y sombra y ceguera. Eso eres." | Omite intencionadamente una explicación completa de cómo uno se convierte en "nadie, nada, sombra y ceguera", lo que amplía la interpretación. |
Anáfora | "En la sombra del otro buscamos nuestra sombra; en el cristal del otro, nuestro cristal recíproco." | Repite la estructura "en el... del otro" para enfatizar la idea de que buscamos reflejos de nosotros mismos en los demás. |
Antítesis | "es nadie y nada y sombra y ceguera" | Contrapone la imagen de la cara de la moneda que refleja algo significativo con su reverso, que sugiere la ausencia de identidad o significado. |
Oxímoron | "Dios es el inasible centro de la sortija." | Contrapone la idea de un centro, que por definición es algo que puede determinarse, con la naturaleza inasible de Dios, creando una imagen de un centro que no puede ser comprendido o retenido. |
Paralelismo | "Tus manos y tu lengua son testigos infieles." | Usa una estructura gramatical similar para las manos y la lengua, enfatizando que ambas pueden ser fuentes de engaño o deslealtad. |
Metonimia | "En el cristal del otro, nuestro cristal recíproco." | Usa "cristal" para representar la claridad o la imagen que vemos de nosotros mismos en los demás, como una extensión de nuestra propia identidad. |
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Saul Muñoz Lopez Sep., 2022
Igualdad de rencores, es no creerselo, igualdad de temores. En ese laberinto esta el olvido, tu reflejo.