La Hora, Juana de Ibarbourou

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Tómame ahora que aún es temprano1
y que llevo dalias nuevas en la mano.2

Tómame ahora que aún es sombría3
esta taciturna cabellera mía.4

Ahora que tengo la carne olorosa5
y los ojos limpios y la piel de rosa.6

Ahora que calza mi planta ligera7
la sandalia viva de la primavera.8

Ahora que en mis labios repica la risa9
como una campana sacudida aprisa.10

Después..., ¡ah, yo sé11
que ya nada de eso más tarde tendré!12

Que entonces inútil será tu deseo,13
como ofrenda puesta sobre un mausoleo.14

¡Tómame ahora que aún es temprano15
y que tengo rica de nardos la mano!16

Hoy, y no más tarde. Antes que anochezca17
y se vuelva mustia la corola fresca.18

Hoy, y no mañana. ¡Oh amante! ¿no ves19
que la enredadera crecerá ciprés?20

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Análisis

Un nuevo poema que recuerda a los que otros muchos autores han escrito acerca del paso del tiempo, de la fugacidad de la vida y del deseo de vivirla intensamente, de aprovechar cualquier momento mientras se es joven y la belleza sigue intacta.

Juana de Ibarbourou desarrolla esta idea a través de las diferentes estrofas y versos. En la primera indica claramente su intención de buscar el amor, de disfrutar y pide a ese amante que todavía no existe, que la quiera, que la desee. Para ello utiliza a las dalias, cuyo significado tiene que ver con el reconocimiento. Es decir la chica es consciente de sí misma y sabe qué es lo que quiere.

En la siguiente estrofa ya sabe que todavía es joven y desconoce mucho acerca del amor, de su idioma y de sus matices y quiere salir de esa oscuridad que la envuelve y encontrar la luz a través del amor, del deseo. Para ello, continúa en la siguiente estrofa incitando al amante, ofreciendo su cuerpo, su mirada limpia y el tono de su piel como demostración de que no solamente es joven, sino también de su virginidad.

Ella está entrando en su primavera, en el momento álgido de su belleza, en el que todo es color, felicidad, vida y la quiere disfrutar plenamente. Es feliz y la llegada de esa conciencia de estar en la etapa de ser casi una mujer la ha convulsionado, sexualizado.

Es consciente de que la belleza se va, de que la piel poco a poco va perdiendo ese tono, de que si nadie la quiere, perderá cualquier oportunidad de amar. Por eso vuelve a pedir nuevamente que la amen, que la deseen, recurriendo nuevamente a una planta: los nardos.

Esta flor, el nardo, es olorosa y su fragancia impregna como no lo hace ninguna otra flor y, al mismo tiempo, también es difícil de trabajar para los expertos. Es por ello que antes de que se vuelva vieja y sea menos deseable, quiere sentir ese amor. En la última estrofa ese deseo queda mucho más intensificados con la imagen de la enredadera, de esa trampa que la irá deteniendo poco a poco hasta que la devore, hasta su propia muerte. Esta última idea, la de la muerte está implícita metafóricamente en la imagen del ciprés, que es el árbol que crece en los cementerios, ya que sus raíces crecen hacia abajo, con lo que se impide que éstas puedan levantar las tumbas si crecieran a ras de suelo o en horizontal.

Nota de Susana Marín.

Marín, Susana. May., 2014. La Hora, de Juana de Ibarbourou. Poemario. Acceso en https://poemario.com/hora/

Ejemplos de figuras literarias en La Hora

Figuras literarias Ejemplos Descripción
Metáfora "llevo dalias nuevas en la mano" Las dalias nuevas simbolizan la juventud y la frescura de la persona que habla.
Metáfora "la sandalia viva de la primavera" La sandalia viva representa la vitalidad y la energía de la primavera, que se relaciona con la juventud de la persona que habla.
Metonimia "tengo rica de nardos la mano" Los nardos se utilizan para representar la belleza y la juventud, aludiendo a que la persona que habla está en su mejor momento.
Elipsis "Hoy, y no más tarde. Antes que anochezca..." Se omite parte de la oración, dejando al lector deducir el mensaje: que la persona que habla quiere ser amada en ese momento y no después.
Anáfora "Tómame ahora..." La repetición de la frase "Tómame ahora" al principio de dos estrofas diferentes enfatiza la urgencia y el deseo de la persona que habla de ser amada en ese momento.
Prospoppeya "¡Oh amante! ¿no ves que la enredadera crecerá ciprés?" Atribuye la capacidad de ver y comprender a un amante, que debe darse cuenta de que la belleza y la juventud de la persona que habla no durarán para siempre.


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  • Ana Funes Sep., 2023

    Me gusta el poema y admiro el análisis . Me interesa el análisis de “Reconquista”, también de Juana

  • Elian Gabriel Mejia Zepeda Abr., 2023

    Hagan lo mismo con el poema la enredadera