¿Y fue por este río de sueñera y de barro1
que las proas vinieron a fundarme la patria?2
irían a los tumbos los barquitos pintados3
entre los camarotes de la corriente zaina.4

Pensando bien la cosa, supondremos que el río5
era azulejo entonces como oriundo del.cielo6
con su estrellita roja para marcar el sitio7
en que ayunó Juan Díaz y los indios comieron.8

Lo cierto es que mil hombres y otros mil arribaron9
por un mar que tenía cinco lunas de anchura10
y aun estaba poblado de sirenas y endriagos11
y de piedras imanes que enloquecen la brújula.12

Prendieron unos ranchos trémulos en la costa,13
durmieron extrañados. Dicen que en el Riachuelo,14
pero son embelecos fraguados en la Boca.15
Fue una manzana entera y en mi barrio: en Palermo.16

Una manzana entera pero en mitá del campo17
expuesta a las auroras y lluvias y suestadas.18
La manzana pareja que persiste en mi barrio:19
Guatemala, Serrano, Paraguay, Gurruchaga.20

Un almacén rosado como revés de naipe21
brilló y en la trastienda conversaron un truco;22
el almacén rosado floreció en un compadre,23
ya patrón de la esquina, ya resentido y duro.24

El primer organito salvaba el horizonte25
con su achacoso porte, su habanera y su gringo.26
El corralón seguro ya opinaba YRIGOYEN,27
algún piano mandaba tangos de Saborido.28

Una cigarrería sahumó como una rosa29
el desierto. La tarde se había ahondado en ayeres,30
los hombres compartieron un pasado ilusorio.31
Sólo faltó una cosa: la vereda de enfrente.32

A mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires:33
La juzgo tan eterna como el agua y el aire. 34

35

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