El Fuego, José Emilio Pacheco

En la madera que se resuelve en chispa y llamarada1
luego en silencio y humo que se pierde2
miraste deshacerse con sigiloso estruendo tu vida3
Y te preguntas si habrá dado calor4
si conoció alguna de las formas del fuego5
si llegó a a rder e iluminar con su llama6
De otra manera todo habrá sido en vano7
Humo y ceniza no serán perdonados8
pues no pudieron contra la oscuridad9
—tal leña que arde en una estancia desierta10
o en una cueva que sólo habitan los muertos.11

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Análisis

El fuego nace de algo sencillo y se vuelve algo poderoso, pero temporal. Se deshace, se apaga rápido. El poeta personifica al fuego y, por extensión, la vida. Le hace preguntarse a él mismo, al fuego, si su paso ha sido provechoso, si su luz y calor han servido para algo. Al final, todo se queda en los restos y humo. Para el poeta, la vida, la luz, al final terminan con la oscuridad, la muerte.

Estamos ante un poema donde se nos presenta un ambiente oscuro, que no triste. Es un poema en el que parece que el poeta siente que la vida o no tiene sentido o directamente está para esperar a la muerte que, antes o después, vendrá buscarnos a cada uno de nosotros.

La vida, ese fuego que todos llevamos dentro, se va apagando poco a poco y para el poeta es importante que nos demos cuenta de sí nuestra vida deja algo más allá de los restos. El poeta se pregunta si somos conscientes de que nuestra vida puede ser importante para nosotros mismos, que más allá de lo que hagamos o digamos, es importante dejar algo más, un legado que sea importante para una o todas las personas.

Es por ello que cuando hace calor, no está hablando de la temperatura, de lo que se está hablando es de si nosotros somos lo suficientemente fuertes como para hacer que nuestra vida sea algo más que un pasar de los días, uno tras otro, hasta nuestra muerte.

Cuando habla de las formas del fuego, está hablando de la infinidad de opciones que la vida nos da para que hagamos de la nuestra algo único, algo esencial. Si lo consideramos así, nuestra vida estará carente de sentido, habremos pasado por ella sin haber hecho nada que haya merecido la pena y, como él mismo dice, no se nos perdonará porque es entonces cuando la muerte habrá ganado su batalla, porque no tendremos tiempo para volver atrás.

Este fuego, esta capacidad que nosotros tenemos para hacer de nuestra vida algo único, puede aparecer en cualquier momento y tenemos que darnos cuenta de ello para quemar esa leña, para hacer aquello que podemos para dejar esa pequeña huella el día de mañana y marcharnos con la sensación de que nuestra vida ha tenido un sentido, ya sea solamente para nosotros o para los demás. Para el poeta nuestra vida es muy valiosa y tenemos que sacarle todo el partido que podamos.

Nota de Paulo Altamirano.

Altamirano, Pablo. May., 2015. El Fuego, de José Emilio Pacheco. Poemario. Acceso en https://poemario.com/fuego/

Ejemplos de figuras literarias en El Fuego

Figuras literarias Ejemplos Descripción
Metáfora "En la madera que se resuelve en chispa y llamarada / luego en silencio y humo que se pierde" La madera que se convierte en chispa, llamarada, silencio y humo es una metáfora de la vida que pasa rápidamente, se agita y finalmente se desvanece.
Metáfora "miraste deshacerse con sigiloso estruendo tu vida" La vida deshaciéndose con un "sigiloso estruendo" es una metáfora de la muerte o el final de una etapa, que puede ser intensa pero a la vez silenciosa y personal.
Símil "—tal leña que arde en una estancia desierta / o en una cueva que sólo habitan los muertos." La comparación de la vida con la leña que arde en un lugar deshabitado sugiere la soledad, el olvido y la inutilidad de la existencia sin propósito o reconocimiento.
Antítesis "si llegó a arder e iluminar con su llama / De otra manera todo habrá sido en vano" Esta antítesis contrapone la posibilidad de una vida plena y brillante con la noción de una existencia vacía y sin sentido.
Metonimia "Humo y ceniza no serán perdonados" El "humo y la ceniza", subproductos de la quema de la madera, se utilizan metonímicamente para referirse a los remanentes o consecuencias de una vida vivida sin propósito o impacto.


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