El olvido, Vicente Aleixandre

No es tu final como una copa vana1
que hay que apurar. Arroja el casco, y muere.2

Por eso lentamente levantas en tu mano3
un brillo o su mención, y arden tus dedos,4
como una nieve súbita.5
Está y no estuvo, pero estuvo y calla.6
El frío quema y en tus ojos nace7
su memoria. Recordar es obsceno,8
peor: es triste. Olvidar es morir.9

Con dignidad murió. Su sombra cruza.10

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