Amanecer, Jorge Luis Borges

En la honda noche universal1
que apenas contradicen los faroles2
una racha perdida3
ha ofendido las calles taciturnas4
como presentimiento tembloroso5
del amanecer horrible que ronda6
los arrabales desmantelados del mundo.7
Curioso de la sombra8
y acobardado por la amenaza del alba9
reviví la tremenda conjetura10
de Schopenhauer y de Berkeley11
que declara que el mundo12
es una actividad de la mente,13
un sueño de las almas,14
sin base ni propósito ni volumen.15
Y ya que las ideas16
no son eternas como el mármol17
sino inmortales como un bosque o un río,18
la doctrina anterior19
asumió otra forma en el alba20
y la superstición de esa hora21
cuando la luz como una enredadera22
va a implicar las paredes de la sombra,23
doblegó mi razón24
y trazó el capricho siguiente:25
Si están ajenas de sustancia las cosas26
y si esta numerosa Buenos Aires27
no es más que un sueño28
que erigen en compartida magia las almas,29
hay un instante30
en que peligra desaforadamente su ser31
y es el instante estremecido del alba,32
cuando son pocos los que sueñan el mundo33
y sólo algunos trasnochadores conservan,34
cenicienta y apenas bosquejada,35
la imagen de las calles36
que definirán después con los otros.37
¡Hora en que el sueño pertinaz de la vida38
corre peligro de quebranto,39
hora en que le sería fácil a Dios40
matar del todo Su obra!41

Pero de nuevo el mundo se ha salvado.42
La luz discurre inventando sucios colores43
y con algún remordimiento44
de mi complicidad en el resurgimiento del día45
solicito mi casa,46
atónita y glacial en la luz blanca,47
mientras un pájaro detiene el silencio48
y la noche gastada49
se ha quedado en los ojos de los ciegos.50

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