A una adúltera, Francisco de Quevedo
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Sólo en ti, Lesbia, vemos que ha perdido1
El adulterio la vergüenza al cielo,2
Pues que tan claramente y tan sin velo3
Has los hidalgos huesos ofendido.4Por Dios, por ti, por mí, por tu marido,5
Que no sepa tu infamia todo el suelo:6
Cierra la puerta, vive con recelo,7
Que el pecado nació para escondido.8No digo yo que dejes tus amigos,9
Mas digo que no es bien que sean notados10
De los pocos que son tus enemigos.11Mira que tus vecinos, afrentados,12
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Dicen que te deleitan los testigos13
De tus pecados más que tus pecados.14
