Túmulo de la mariposa, Francisco de Quevedo
Este poema de Francisco de Quevedo es una referencia a la literatura clásica del siglo XIV y, en concreto, a la Divina Comedia de Dante Alighieri. A través de los versos del poema, el poeta utiliza la imagen de una mariposa, que podríamos identificar como Beatriz, un espíritu que es reflejo de su amor ideal, para desarrollar esta referencia al clásico.
Ya el título nos presenta la relación con la muerte. El túmulo, una construcción funeraria, contrasta con la imagen de la mariposa, un insecto lleno de color que se asocia con la vida, la belleza, la naturaleza y la transformación, algo que tiene todas las características de la amada de Dante.
En la primera estrofa del poema se nos presenta a este, el Amante, frente a su amor que ha muerto, cuya luz desapareció y con ella el color y olor de las flores. Beatriz, su mariposa, perdió sus dos alas, que ardieron al descender a los infiernos.
En la segunda estrofa, Quevedo continua con la idea de la pérdida del amor haciendo finalizar de repente la primavera, en la que el amor juvenil, descrito por muchos poetas como un amor inocente, curioso, en este caso finaliza de manera abrupta. De la misma manera, el poeta quiere hacer desaparecer a Dante y su estancia en la Cuarta Esfera, referencia a la parte del Paraíso de la Divina Comedia, donde conoció a los sabios y los ejemplos del Coraje, Templanza, Justicia y Prudencia.
En la tercera estrofa aparece una referencia a la mitología clásica griega: Faetón es el culpable, según esta, de hacer que en la tierra existan los desiertos y zonas heladas al perder el control del carro del sol. Se nos compara a Dante con este personaje, al que quiso emular desde el punto de vista divino.
En la cuarta estrofa aparece Beatriz resucitada, pero no hermosa porque es una muerta que vive. Se nos muestra la imagen del ave fénix, que arde y se convierte en cenizas, de las que resurgirá nuevamente con toda su belleza, vida y poder, en este caso hace referencia al amor incondicional por parte del amado, que sabe que jamás podrá tenerla.
En la última estrofa hay una metáfora que hace visualizar al lector la idea del poeta acerca del personaje que se describe. La búsqueda de su amada, su amor por ella, fue su propia tumba, lo que lo hizo desaparecer. Pero ese amor, aunque breve, fue de entrega sincera y total.
Poema original: Túmulo de la mariposa
Yace pintado Amante, 1
De amores de la Luz muerta de amores, 2
Mariposa elegante 3
Que vistió rosas y voló con flores; 4
Y codicioso el fuego de sus galas 5
Ardió dos primaveras en sus alas. 6El aliño del prado 7
Y la curiosidad de Primavera 8
Aquí se han acabado, 9
Y el Galán breve de la Cuarta Esfera 10
Que con dudoso y divertido vuelo 11
Las lumbres quiso amartelar del Cielo. 12Clementes hospedaron 13
A duras Salamandras llamas vivas; 14
Su vida perdonaron, 15
Y fueron rigurosas, como esquivas, 16
Con el galán idólatra que quiso 17
Morir como Faetón, siendo Narciso. 18No renacer hermosa, 19
Parto de la ceniza y de la muerte, 20
Como Fénix gloriosa 21
Que su linaje entre las llamas vierte, 22
Quien no sabe de amor y de terneza 23
Lo llamará desdicha, y es fineza. 24Su tumba fue su Amada, 25
31
Hermosa sí, pero temprana y breve; 26
Ciega y enamorada, 27
Mucho al Amor y poco al Tiempo debe; 28
Y pues en sus amores se deshace, 29
Escríbase: Aquí goza, donde yace. 30