Acuarimántima, Porfirio Barba Jacob

I

Vengo a expresar mi desazón suprema1
y a perpetuarme en la virtud del canto.2
Yo soy Maín, el héroe del poema,3
que vio, desde los círculos del día,4
regir el mundo una embriaguez y un llanto.5

¡Armonía! ¡Oh profunda, oh abscóndita armonía!6

Y velaré mi arduo pensamiento7
sotto il velame degli versi strani,8
fastuoso, de pompas seculares:9
perfecta en sí la estrofa del lamento10
y a impulso de los ritmos estelares.11

Columpia el mar su cauda nacarina,12
e imbuida en la clámide del río13
esplende en bruma fúlgida la carne de la ondina.14
Grana el campo nutricio, fluyen mieles,15
una deidad inflama las horas con su llama,16
y loa el día azul un coro de donceles.17

Romero: ¿no rebosa el corazón18
–por la tierra de arrugas trabajadas,19
por la noche de sombras evocadas–20
del tiempo y el espacio la múltiple emoción?21

Brilla en las lejanías invioladas22
vaga ciudad, el viento da en los juncos,23
los juncos gimen bajo el viento rudo...24
¡Romero, que se vierta el corazón!25
Y la ternura y la tristeza mía26
cantan en el crepúsculo. ¡Armonía!27

Yo, rey del reino estéril de las lágrimas,28
yo, rey del reino vacuo de las rimas,29
con mis canciones ebrias30
que un son nocturno hechiza,31
y con mis voces pávidas32
anuncio las cavernas del enigma.33
En mis siete dolores primarios se resume,34
como en alejandrino paradigma,35
la escala del dolor que el mal asume.36

Tenebrosa, recóndita armonía...37

Mi numen fuerte no es aquel tan puro38
como el cerrado corazón de un monte,39
pero sobre sus ruinas de inocencia40
haré brillar, ebrio del dolor puro,41
una gota de luz del corazón del monte.42

II

En libre vuelo el cielo de mi América43
hender he visto un cóndor negro, errante...44
¿Qué abismo circunscribe? ¿Qué intacta nieve augura?45
Por las arterias de los ciervos montesinos46
discurre para el cóndor la sangre enardecida47
bajo las pieles lúcidas, entre las carnes bellas.48
¡La presa viva! ¡El pico ensangrentado!49
¡El ala pronta! ¡El ímpetu del vuelo!50
Y un delirar de cumbres y centellas...51

Así mi impulso al aura de la vida,52
y así mi musa en su ilusión liviana53
de que brote la carne un lirio místico.54
¡Bestia de los demonios poseída,55
oh carne, es hora ya del don eucarístico!56
Cintila el cielo en gajos de luceros,57
y querubes de vuelos melodiosos58
revuelan de luceros a luceros.59

Tengo la sensación de que discurro60
delante de los pórticos sagrados:61
alguien dice mi nombre a la distancia,62
brotan dulces jardines los collados63
y asumen mi ternura en su fragancia.64

Claridad estelar, templo encendido,65
rima errante en la noche de pavura,66
huerto a la luz de Vésper. En olvido67
mi ser se muere, mi canción no dura,68
¿y fui no más un lúgubre alarido?69

Carne, bestia, mi amiga y mi enemiga:70
yo soy tú, que por leyes ominosas,71
cual vano mimbre que meció una espiga72
te haces nada en el polvo de las cosas...73

¿Y la divina Psiquis, la rosa entre las rosas?74
¿Y mis amores que irisé de lágrimas?75
¿Y mi ciudad nebúlea tras la ilusión del día?76
¿Y las antorchas que erigí en emblema?77
¿Y esta inquietud, y este ímpetu anhelante78
hacia una ley o una verdad suprema?79

Pesa sobre tus pétalos, oh rosa80
espiritual, tan lóbrega y cerrada81
la noche, tan vacía y rencorosa,82
que en vano el brillo de tu broche efunde.83
Amor. Deleite. Horror. Pavesas. Nada.84

¡Nada, nada por siempre! Y merecía85
mi alma, por los dioses engañada,86
la verdad y la ley y la armonía.87
¡Sé digna de este horror y de esta nada,88
y activa y valerosa, oh alma mía!89

III

Como en la vaguedad de un espejismo90
–¿qué sabes?– mi conciencia me interroga,91
fluida en llanto entre mi propio abismo.92
Y miro al mar ardiente, al monte flavo93
que suaviza el azul, la estrella límpida94
rielando en el rocío del capullo,95
y en sus cunas los cándidos infantes,96
cazados en las redes del arrullo97
por el sueño de manos hechizantes.98

Y vuelto a mí, gimiendo el corazón99
–¿qué sabes?– vanamente me interrogo,100
mudo bajo la múltiple emoción.101

Sólo un saber escondo, claro y justo:102
llévole como antorcha y como daga103
en medio del cerrado laberinto,104
en su vasta amplitud mi fe naufraga,105
y hallo en su anchura incómodo recinto.106

Se oyen sordos, roncos lamentos,107
y alzan sus puños en el vacío108
los pensamientos.109

¡Oh menguado saber, pobre riqueza110
de formas en imágenes trocadas,111
ley ondeante, ciencia que alucina,112
que cada noche en el silencio empieza,113
y cada día con el sol culmina!114

¡Oh menguado saber de la iracunda115
vida, que ante mis ojos se renueva,116
germinal y cruel, ciega y profunda,117
madre de los mil partos y el misterio118
que al barro humilla y a Psiquis subleva!119

Como ventana que el azul del cielo120
circunscribe, se entreabren los sentidos.121
¡Pobre, ruin saber! Y, sin embargo,122
la leve mariposa del anhelo123
entra por la ventana sin rüidos.124

Cuaja en el corazón de la manzana125
la dulzura estival: la mariposa126
vuela del fondo de la carne humana.127

¡Que al claro cielo128
suba el anhelo!129

Por ese vuelo la heredad natía130
canté con rima de ideal retorno131
en la ingenua parábola temprana.132
En el turquí del éter desleía133
un nácar tenue mi primer mañana.134

Por ese anhelo, entre los acres pinos135
y las rosas en llamas del ocaso,136
al hablar dejo la palabra trunca:137
el tiempo es breve y el vigor escaso,138
y la amada ideal no vino nunca.139

Por ese anhelo en rimas balbucientes140
canto el rojo camino que a la tarde141
se pinta en la montaña evocadora,142
o a la vívida luz del sol temprano,143
como una obsesión conturbadora144
de sangre y sangre en el azul lejano.145

Y por él amo, en fin; y por él sueño146
con una honda transfusión divina147
de la luz en mi carne de tortura,148
puesto que está la estrella vespertina149
sobre el horror de esta prisión oscura.150

Columpia el mar su cauda nacarina,151
en ustorios relámpagos de espejos152
esplende en bruma de ópalo la carne de la ondina,153
y fulge Acuarimántima a lo lejos...154

IV

Yo descendí de la antioqueña cumbre155
–el alma en paz y el corazón en lumbre–156
de austera estirpe que el honor decora,157
y el claro sortilegio de la aurora158
bruñó mi lira y la libró de herrumbre.159

Y fui, viajero de nivoso monte160
y umbría roza de maíz, al valle161
que da a la luz su fruto entre su llama:162
había miel de filtros de sinsonte163
que derrama canción de rama en rama.164

Y el mar abierto a mí divinamente165
su honda virtud hizo afluir entera:166
gusté su yodo y la embriaguez ignota167
de no sé qué sagrada primavera168
bajo la paz de una ciudad remota.169

Fulgía en mi ilusión Acuarimántima,170
ciudad de bien, fastuosa, legendaria,171
ciudad de amor y esfuerzo y armonía172
y de meditación y de plegaria;173
una ciudad azúlea, egregia, fuerte,174
una Jerusalén de poesía.175

Y como los cruzados medievales176
ceñíme al torso fúlgida coraza177
y fuime en pos de la ciudad cautiva,178
burlando la guadaña de la muerte179
y la fortuna a mi querer esquiva.180

La ondulante odisea rememoro181
con amor y dolor: un linde vago,182
de súbito sangriento, ya cetrino...183
un buque, un muelle, un joven noctivago,184
y el tono de la voz, y el pan marcino...185

La maravilla, comba y transparente186
de las noches de junio por la hondura187
que un huerto viola en ácidos alcores,188
y allí la levadura de mis cantos,189
hecha de mezquindad y sinsabores.190

Y aquella niña del amor florido,191
y oloroso y ritual y enardecido,192
el seno como un fruto no oprimido,193
un dulzor en los besos diluido,194
y un no sé qué, que túrbame el sentido.195

Y la esquiva beldad, el mármol yerto196
e inconmovible, y la infantina huraña197
que era el postrer jazmín que daba el huerto...198
Me figuro las luces de sus ojos199
como dos cirios de un cariño muerto.200

Y el arduo afán en el impulso vario201
por resolver el canto en melodía.202
Derrame un ruiseñor en el himnario203
toda la miel del día.204
Silencios de armonía.205
Un rumor milenario,206
y la luz de tu lámpara, ¡oh Sophía!207

Húmedos los cabellos –cristalinos caireles208
de agua y sol– aún ondulan fantásticas ondinas,209
mientras danza en la luz un coro de donceles,210
por la playa, al influjo de las sales marinas.211

V

Turbaban mi conciencia en el precario212
vivir, el ala inquieta, el viento vario,213
fantasmas familiares,214
misterios presentidos,215
amores y cantares de jóvenes floridos,216
el vino, el mar, el día en el acuario217
y la mutable vocación interna:218
sentir, cantar, y en raptos doloridos219
“ser yo”, “no ser”, en sucesión alterna.220

Árbol en plenitud, hundió mi alma221
su raíz en el légamo de muerte222
que nutre las corolas de la vida223
y da el perfume infuso en su ramaje.224
Ilusorio celaje225
pide al éter sutil que lo asume,226
y en el raudal fluido de las auras de abril227
hace el viaje228
y se consume.229

¡Oh insaciedad del hálito y la nébula,230
y el amor y el impulso y el anhelo!231
No un dios pagano, pero sí su rastro.232
No el himno divo, pero sí el suspiro.233
No el mármol, mas el plinto de alabastro.234
Y una sensualidad de antiguo giro.235

VI

Y fui después un numen transitorio,236
sombra y canción en la embriagante tierra,237
un sino raro y un deleite raro.238
Ya el crepúsculo estivo el día cierra,239
y lejos brilla un tembloroso faro.240

La dama de cabellos encendidos241
fecunda con mi sangre sus huertos prohibidos.242
Una inquietud frenética y gozosa243
mi paz, mi sueño, mi vigor consume244
y un huracán mi plenitud doblega.245
Soy esa sombra que cruzó el camino,246
en sangre tinta, de lujuria ciega.247

Soy esa sombra pávida, cautiva248
de un gran misterio en el misterio oculto.249
Huella la flor azul pata lasciva250
de cabrón negro, y el divino himnario251
sella Satán con sellos de su culto.252

Mi pena errante con mi vino loco253
en el turbión del vicio la sepulto.254
Soy huésped de garitos y tabernas,255
disputo al puede ser un pan ingrato,256
y dejo que mi carne, la ruin loba257
de lúgubres anhelos arrecida,258
se me abandone al logro del deleite,259
desnuda en la impudicia de la vida.260

Entúrbiase la clara inteligencia,261
la idea afluye en nieblas ondulantes,262
es el goce monótona frecuencia,263
igual en el deliquio y el suspiro...264
¡Dadme un beso, un contacto y una esencia,265
y una sensualidad de nuevo giro!266

VII

Y mi mano sacrílega se tiñe267
de tu sangre. ¡oh Imali, oh vestal mía!268
Mas no fue mi ternura. Fue un furor...269
Si de nuevo, a mis ojos resurrecta,270
te pudiese inmolar, te inmolaría.271
¿Ya ves, oh Imali, que no fue mi amor?272

Gozoso aún, y pávido y tremente,273
huí a la sombra, la cerrada sombra274
que en su mudez acoge las iras y los vértigos.275
¡Un hueco en tus entrañas, tierra dura!276
¡Soledad, un refugio en tus entrañas!277
¡Tu ojo sin vista, lobreguez impura!278

Mas la sangre fluía en chorros de carbunclos.279
Ante el cadáver lívido, sin blandones, sin túmulo,280
todo estaba sangriento.281
“¡Asesino!”, “¡Asesino!”, susurraba y se iba el viento.282
En los prados del monte fueron crimen mis huellas.283
Como vírgenes desoladas284
me bañaron de llanto las estrellas.285
En las playas de luz mojadas286
di un alarido al ver la mar que hervía,287
y huyendo en pos, en pos de la noche que huía,288
me ensangrentó la horrible sangre del alba del día.289

"¡Asesino!” “¡Asesino!",290
susurraba y se iba el viento.291

Y los pastores me negarían sus cabañas.292
Las rocas me aniquilarían en sus entrañas.293
La vida es mi enemigo violento294
y el amor mi enemigo sanguinario.295
¿Y a qué tu sombra, oh noche del lúbrico ardimiento,296
si entre mi corazón ardía el tenebrario?297

Viajó mi alma en íntimas pasiones298
de cristos coronados de congojas.299
¡El pudor, el honor entre sayones!300
Del vicio en las ocultas floraciones301
fui rosa negra entre mil rosas rojas.302

Mas el azul a mi dolor heroico303
abrió su abismo de fulgencias puras,304
soles remotos, nébulas, centellas,305
y estuve opreso por la lumbre de ellas306
del hilo de oro del collar del día.307
Un anhelar de espacio dio sus alas308
a mi desconcertada poesía.309

En la lluvia de gotas de mi sangre,310
tras el velo irisado de mis lágrimas,311
vago sueño sus brumas deshacía,312
vago sueño –mi vaga Acuarimántima.313

VIII

Retorno de tal sueño hacia la playa,314
realizado mi afán. La tierra invoca315
su ley, que mis empeños desvirtúa.316
Oigo el grito del mar que me penetra,317
y ansia de paz perenne me extenúa.318

¡El mar, el mar, el mar ambiguo y fuerte!319
Su espuma brinda a mi ruindad su imperio320
en astillas de mástiles fallidos.321
Ráfagas de misterio...322
Monstruos desconocidos...323

¿No brilla entre la niebla Acuarimántima?324
¿No se oye limpia, fúlgida canción325
sonar, aletargar el corazón326
y pasar?327

¡No se oye nada...!328

Silencio y bruma, soplos de lo arcano.329
La luz mentira, la canción mentira.330
Sólo el rumor de un vago viento vano331
volando en los velámenes expira.332

La noche adviene, de mortuorio emblema.333
Retumba en mi recuerdo mi alarido,334
mi estéril tiempo en mi inquietud suprema.335
El trágico dolor ha concluido.336
Yo soy Maín, el héroe del poema...337

Florece el cielo en gajos de luceros,338
y querubes de vuelos melodiosos339
revuelan de luceros a luceros.340

Y no decir, y no tener palabras341
tan llenas de tu goce vespertino342
y tu sueño nupcial, ¡oh campesino343
que cruzas con tus carros rechinantes!344
En tu ilusión un hálito divino345
te ha poblado de niños los instantes.346

Y ver, desde esta cima de ternura347
y valeroso amor, en toda cosa348
el enigma, el enigma inviolado.349
Arde la pura rosa, sueña la linfa pura,350
¡oh carne!, y tú destilas el pecado351
y... y...352

¡El enigma, por siempre inviolado!353

Y por toda verdad, saber ahora354
que brilla el mar, que el monte se estremece,355
que fulge Sirio en el jardín lejano,356
y que al frustrarse el giro de mi vida,357
al giro de la suya grana el grano.358

La luz mentira. La canción mentira.359

Que fui por los instintos inmolado360
ante el ara de un dios; que un soplo frío361
de lóbrego misterio he suscitado;362
que un dolor nuevo está en el plectro mío,363
y el canto en el dolor purificado.364

Lúgubre viento sopla entre los juncos,365
los juncos gimen bajo el viento rudo.366

Cantan en el crepúsculo a lo lejos...367

IX

Honda, inmóvil, letárgica laguna368
que semeja el sepulcro de la luna,369
se tiende hasta el ilímite horizonte,370
y a la tristeza vesperal se aduna371
un viento de ultramar y de ultramonte.372

Cantan en el crepúsculo373
y un ledo son de esquilas374
vuela en el éter trémulo.375

Que mi rumor se extinga, blando, tenue,376
ola en onda, onda en pompa, pompa en iris,377
como vágulo aroma en la memoria,378
y me reintegre a la epopeya trunca379
en la ciudad de nieblas de mi gloria.380

Cantan en el crepúsculo... ¡Armonía!381

Y que olvide la brega transitoria,382
y el no ser más –y el no ser menos nunca–383
del hilo de oro del collar del día.384

¡Armonía! ¡Armonía!385

Y el ancla suelte a místicas regiones,386
no humano ya mi desear: divino387
mi poseer,388
mientras en el desmayo del crepúsculo389
rueda sobre los ásperos terrones390
el carro campesino,391
y fulgura, real, velada por mis lágrimas,392
erigida por mi dolor con los mármoles de mi poesía,393
mi nebúlea, azulina Acuarimántima!394

¡Armonía! ¡Armonía!395

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