Silencio, Octavio Paz

Así como del fondo de la música1
que mientras vibra crece y se adelgaza2
hasta que en otra música enmudece,3
brota del fondo del silencio4
otro silencio, aguda torre, espada,5
y sube y crece y nos suspende,6
y mientras sube caen7
recuerdos, esperanzas,8
las pequeñas mentiras y las grandes,9
y queremos gritar y en la garganta10
se desvanece el grito:11
desembocamos al silencio12
en donde los silencios enmudecen.13

14

En formato PDF
PDF Silencio


Análisis

El concepto de «silencio» es un asunto recurrente en la poesía y los ensayos de Octavio Paz. El poeta mexicano exploró el significado del silencio en la literatura y, particularmente, en la poesía, considerándolo, mucho más allá de su inmediata connotación de ausencia de sonido, como una entidad que tiene presencia significativa y profunda en la experiencia humana y en las artes de las palabras y de los sonidos. El silencio representa un espacio cargado de alusión semántica, un tiempo suspendido y una pausa que puede revelar aspectos ocultos de la realidad y ser fuente de ampliación de las fronteras de la comprensión humana. En buena parte de su producción escrita, Paz explora cómo el silencio puede ser tanto una experiencia personal y espiritual como una herramienta de comunicación y expresión artística. A través del silencio, el ser humano puede profundizar su conexión con su propia interioridad y con su contexto exterior.

En su libro El arco y la lira (1956), Paz aborda el papel del silencio en la poesía y sostiene que el poema no es solo una manifestación de palabras, sino también del espacio entre ellas, del silencio que las rodea, que las precede y que las sucede. El silencio en el poema permite una pausa para que el lector reflexione y complete el significado del texto. De este modo, se convierte en parte integrante de la expresión poética y agrega hondura y misterio a la experiencia estética. Además, Paz también analiza el silencio como un arma poderosa para resistir y combatir las opresiones sociales o para dar una forma expresiva a los dolores que son difíciles de poner en palabras.

En su poema Lectura de John Cage, incluido en el libro Ladera este (1967), el escritor mexicano propone el silencio como centro de la actividad creadora:

El silencio
es el espacio de la música:
un espacio
inextenso:
no hay silencio
salvo en la mente.
El silencio es una idea,
la idea fija de la música.
La música no es una idea:
es movimiento,
sonidos caminando sobre el silencio.

Pasados los cincuenta años de edad, la poesía del poeta mexicano trasciende las evidentes dimensiones de la realidad, los límites de lo que es fácil de comprender o manejar, y encara resueltamente una más ancha aprehensión de las circunstancias de la existencia y del mundo, valiéndose para ello del amplio bagaje de herramientas de las que lo han provisto su experiencia de vida, su capacidad intelectual, su talento literario y su discurrir filosófico. De todo ello proviene, por buen ejemplo, la complejidad de su poema Blanco (1967), que puede ser leído como un recorrido en el que la palabra se traslada del silencio al silencio.

Como dice el poeta y ensayista argentino Santiago Kovadloff en El silencio primordial (1993), el silencio es principio y fin; leemos palabras que parten de él y retornan a él. El principio y el fin de la palabra corresponden, respectivamente, a dos dimensiones del silencio: el silencio oclusivo, del que parte el poema, y el silencio epifánico, en que el poema desemboca. Es decir, el poema va de silencio a silencio, transitando un camino abismal que las palabras no pueden describir completamente. Blanco se crea y se recrea a sí mismo. Paz presenta este poema dispuesto sobre la página en tres columnas, tal como puede verse en el siguiente fragmento inicial:

el cimiento
      el cimiento
la simiente
      latente
la palabra en la punta de la lengua
inaudita        inaudible
     impar
grávida          nula
     sin edad;

El poema puede ser leído de cuatro formas:

1) En la sucesión de todos los renglones completos.

2) Solo lo que aparece en la columna del centro.

3) Solo lo que aparece en la columna de la derecha.

4) Solo lo que aparece en la columna de la izquierda.

En las notas al poema (Ladera este), Paz explica las reglas para una lectura completa (tiene una extensión de más de trescientas líneas):

a) La columna. del centro «es un poema cuyo tema es el tránsito de la palabra, del silencio al silencio […] pasando por cuatro estados: amarillo, rojo, verde y azul».

b) La columna de la izquierda «es un poema erótico dividido en cuatro momentos que corresponden a los cuatro elementos tradicionales», es decir, el agua, el aire, la tierra y el fuego.

c) El poema de la columna izquierda es su contrapunto y está compuesto «de cuatro variaciones sobre la sensación (amarillo), la percepción (rojo), la imaginación (verde) y el entendimiento (azul)». El color blanco es el vacío de la página, el silencio previo al acto creador.

d) «Cada una de las cuatro partes formadas por dos columnas puede leerse […] como un solo texto: cuatro poemas independientes».

Lectura de John Cage y Blanco son solo dos de las obras que ponen de manifiesto el sistema de ideas de Octavio Paz acerca del silencio. Y, en los años de su larga estadía en la India como embajador de México, de 1962 a 1968, el poeta se concentra en la concepción del silencio como culminación de la palabra y le atribuye un carácter sagrado. Se pueden hallar indicios de esa concepción en los escritos de sus últimos años, e incluso, como se verá, en su último poema.

En este sistema de pensamientos y creencias, se inserta también el poema de Paz que, precisamente, se titula Silencio. La forma de esta pieza tiene alguna familiaridad con la del soneto, pues aquella consta de catorce versos y ocho de ellos son endecasílabos que observan canónicamente la acentuación rítmica fundamental, es decir, en las sílabas sexta y décima o en las sílabas cuarta, octava y décima. Además, hay tres heptasílabos, dos eneasílabos y un pentasílabo. Aunque Paz cultivó eficientemente el poema de verso libre, el caso de Silencio se aproxima más al poema de verso blanco, pues las características apuntadas le otorgan una cadencia rítmica y una musicalidad que renuncia a las libertades de los versículos. Además, el oído percibe una rima asonante en los versos 3, 6, 9 y 11 («adelgaza», «espada», «esperanzas» y «garganta») y en los versos 4 y 7 («enmudece» y «suspende»).

Respecto a la temática de este poema, el hispanista francés Paul Henri Giraud, en su ensayo Es música el silencio. Suspensión de la palabra y poética de lo sagrado en Octavio Paz (2021), cita a Paz en su obra Recapitulaciones:

La palabra se apoya en un silencio anterior al habla, un presentimiento de lenguaje. El silencio, después de la palabra, reposa en un lenguaje, es un silencio cifrado. El poema es el tránsito entre uno y otro silencio, entre el querer decir y el callar que funde querer y decir.
[…]
Las palabras entran por el oído, aparecen ante los ojos, desaparecen en la contemplación. Toda lectura de un poema tiende a provocar el silencio.
[…]
Los espacios en blanco (que representan al silencio, y tal vez por eso mismo), dicen algo que no dicen los signos. La escritura proyecta una totalidad pero se apoya en una carencia: no es música ni es silencio y se alimenta de ambos.
[…]
Lo que nos propone el budismo es el fin de las relaciones, la abolición de las dialécticas, un silencio que no es la disolución sino la resolución del lenguaje.

En 1996, Octavio Paz escribió Respuesta y reconciliación, el último poema publicado en vida del autor. En los versos finales, escribe por última vez «el silencio» en un último oxímoron:

Y mientras digo lo que digo
caen vertiginosos, sin descanso,
el tiempo y el espacio. Caen en ellos mismos.
El hombre y la galaxia regresan al silencio.
¿Importa? Sí, pero no importa:
sabemos ya que es música el silencio
y somos un acorde del concierto.

Nota de Javier Collazo.

Collazo, Javier. Jul., 2023. Silencio, de Octavio Paz. Poemario. Acceso en https://poemario.com/silencio-octavio-paz/

Ejemplos de figuras literarias en Silencio

Figuras literarias Ejemplos Descripción
Metáfora "Así como del fondo de la música / brota una nota" Comparación de la forma en que una nota emerge de la música con la forma en que un silencio brota del fondo de la nada.
Metáfora "otro silencio, aguda torre, espada" Proporciona carácter poderoso y penetrante.
Elipsis "y sube y crece y nos suspende" Transmite un sentido de inmediatez y movimiento.
Anáfora "y mientras sube caen / recuerdos, esperanzas" La repetición de la conjunción "y" al comienzo de las líneas enfatiza la continuidad y la acción simultánea de caer recuerdos y esperanzas mientras el silencio crece.
Antítesis "desembocamos al silencio / en donde los silencios enmudecen" La contraposición destaca la paradoja de los silencios que se vuelven mudos, sugiriendo un estado aún más profundo e insondable.


Firme con su comentario

*Todos los mensajes son moderados; su email jamás aparece ni se comparte.