Poema de la despedida, José Ángel Buesa

Análisis

En muchas ocasiones el amor hace que tengamos que separarnos de la persona que queremos aunque no lo deseemos. Por la razón y los motivos que sean, aunque amemos a la otra persona, la mejor manera de querer es yéndonos, alejándonos y terminando definitivamente con la relación. Este parece ser el tema fundamental de este poema.

Así, en la primera estrofa del mismo, el poeta deja a la mujer amada aunque la quiere. Es una relación que quizás estaba destinada al fracaso porque los sentimientos de ambos no estaban claros o porque ese mismo amor era demasiado fuerte y les hacía daño a ambos.

En esta segunda estrofa, parece que el poeta introduce un elemento nuevo que hace que sea mucho más explicable el problema para seguir junto a su amada. Parece que la obsesión por ella y, sobre todo, la conciencia del propio poeta de estos sentimientos, es lo que hace que tome la decisión de alejarse, sabiendo que no volverá a sentir algo así por otra persona.

Prefiere marcharse y quedarse con los buenos momentos y los recuerdos. También, el poeta es consciente de que es esa misma pérdida es la que hace que su amor hacia ella sea mucho más profundo, más fuerte y más grande. Sin embargo, ha tomado una decisión y es consecuente con ella, aunque le duela.

En la estrofa final, el poeta es consciente de que no podrá olvidarla nunca y de que será parte de su vida para siempre, su recuerdo estará presente y que, más allá de la muerte, ella estará siempre dentro de él. Un amor imposible o un amor en el que se ama demasiado. Esta poesía nos deja un mensaje enfrentado ya que, por un lado tenemos la sensación de que el poeta no es capaz de controlar sus sentimientos y que el exceso de estos son los que han provocado que el poeta decida alejarse de la persona que ama.

Sin embargo, también nos presenta una imagen de un poeta enamorado y que, aunque se aleja voluntariamente de la amada, es consciente de que su recuerdo vivirá siempre dentro de él, de una conexión profunda cuyos sentimientos son sinceros y han quedado marcados para siempre en el poeta.

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