Nocturno, Piedad Bonnett

Mi noche es como un valle reluciente de huesos.1
La piel arena, sílice. Los labios agrietados.2
Una cruz de ceniza sobre el vientre desnudo.3
Heme aquí entre malezas, entre ortigas,4
muerta de cara al techo de mi alcoba,5
con la luna bailando en mi pupila6
y el corazón como una liebre herida7
que persiste en vivir. Quizá algún día8
un enjambre de abejas fabrique su colmena9
cerca de mí. Quizá algún día10
me despierte el zumbido de su vuelo11
sobre mis ojos, sobre mi garganta12
y reverbere el cuerpo, luminoso,13
como un antiguo mar que alza sus olas.14

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