Monstruos, Dámaso Alonso

Todos los días rezo esta oración1
al levantarme:2

Oh Dios,3
no me atormentes más.4
Dime qué significan5
estos espantos que me rodean.6
Cercado estoy de monstruos7
que mudamente me preguntan,8
igual, igual, que yo les interrogo a ellos.9
Que tal vez te preguntan,10
lo mismo que yo en vano perturbo11
el silencio de tu invariable noche12
con mi desgarradora interrogación.13
Bajo la penumbra de las estrellas14
y bajo la terrible tiniebla de la luz solar,15
me acechan ojos enemigos,16
formas grotescas que me vigilan,17
colores hirientes lazos me están tendiendo:18
¡son monstruos,19
estoy cercado de monstruos!20

No me devoran.21
Devoran mi reposo anhelado,22
me hacen ser una angustia que se desarrolla a sí misma,23
me hacen hombre,24
monstruo entre monstruos.25

No, ninguno tan horrible26
como este Dámaso frenético,27
como este amarillo ciempiés que hacia ti clama con todos sus tentáculos enloquecidos,28
como esta bestia inmediata29
transfundida en una angustia fluyente;30
no, ninguno tan monstruoso31
como esa alimaña que brama hacia ti,32
como esa desgarrada incógnita33
que ahora te increpa con gemidos articulados,34
que ahora te dice:35
«Oh Dios,36
no me atormentes más,37
dime qué significan38
estos monstruos que me rodean39
y este espanto íntimo que hacia ti gime en la noche.»40

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