Cuando sepas hallar una sonrisa1
en la gota sutil que se rezuma2
de las porosas piedras, en la bruma,3
en el sol, en el ave y en la brisa;4

Cuando nada a tus ojos quede inerte,5
ni informe, ni incoloro, ni lejano,6
y penetres la vida y el arcano7
del silencio, las sombras y la muerte;8

Cuando tiendas la vista a los diversos9
rumbos del cosmos, y tu esfuerzo propio10
sea como potente microscopio11
que va hallando invisibles universos,12

Entonces en las flamas de la hoguera13
de un amor infinito y sobrehumano,14
como el santo de Asís, dirás hermano15
al árbol, al celaje y a la fiera.16

Sentirás en la inmensa muchedumbre17
de seres y de cosas tu ser mismo;18
serás todo pavor con el abismo19
y serás todo orgullo con la cumbre.20

Sacudirá tu amor el polvo infecto21
que macula el blancor de la azucena,22
bendecirás las márgenes de arena23
y adorarás el vuelo del insecto;24

Y besarás el garfio del espino25
y el sedeño ropaje de las dalias...26
y quitarás piadoso tus sandalias27
por no herir a las piedras del camino.28

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