Flor de un dÃa, Antonio Plaza Llamas
Yo di un eterno adiós a los placeres1
cuando la pena doblegó mi frente,2
y me soñé mujer, indiferente3
al estúpido amor de las mujeres.4En mi orgullo insensato yo creÃa5
que estaba el mundo para mà desierto,6
y que en lugar de corazón tenÃa7
una insensible lápida de muerto.8Mas despertaste tú mis ilusiones9
con embusteras frases de cariño,10
y dejaron su tumba las pasiones,11
y te entregué mi corazón de niño.12No extraño que quisieras provocarme,13
ni extraño que lograras encenderme;14
porque fuiste capaz de sospecharme,15
pero no eres capaz de comprenderme.16¿Me encendiste en amor con tus encantos,17
porque nacà con alma de coplero,18
y buscaste el incienso de mis cantos?...19
¿me crees, por ventura, pebetero?20No esperes ya que tu piedad implore,21
volviendo con mi amor a importunarte;22
aunque rendido el corazón te adore,23
el orgullo me ordena abandonarte.24Yo seguiré con mi penar impÃo,25
mientras que gozas envidiable calma;26
tú me dejas la duda y el vacÃo,27
y yo, en cambio, mujer, te dejo el alma.28Porque eterno será mi amor profundo,29
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que en ti pienso constante y desgraciado,30
como piensa en la vida el moribundo,31
como piensa en la gloria el condenado.32
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