Batallas hubo, Álvaro Mutis
1Casi al amanecer, el mar morado,1
llanto de las adormideras, roca viva,2
pasto a las luces del alba,3
triste sábana que recoge entre asombros4
la mugre del mundo.5
Casi al amanecer, en playas de pizarra6
y agudos caracoles y cortantes corolas,7
batallas hubo, grandes guerras mudas8
dejaron sus huellas.9
Se trataba, por fin,10
del amor y sus hirientes hojas,11
nada nuevo.12
Batallas hubo a orillas del mar13
que rebota ciego y desordenado,14
como un reptil preso en los cristales del alba.15
Cenizas del amor en los altares del mundo,16
nada nuevo.172De nada vale esforzarse en tan viejas hazañas,18
ni alzar el gozo hasta las más altas cimas de la ola,19
ni vigilar los signos que anuncian la muda invasión20
nocturna y sideral que reina sobre las extensiones.21
De nada vale.22
Todo torna a su sitio usado y pobre23
y un silencio juicioso se extiende, polvoso y denso,24
sobre cada cosa, sobre cada impulso25
que viene a morir contra la cerrada coraza de los días.26
Las tempestades vencidas, los agitados viajes,27
sólo al olvido acuden, en su hastiado dominio28
se precipitan y preparan nuevas incursiones29
contra la vieja piel del hombre30
que espera su fin31
como pastor de piedra ingenua y aguas ciegas.323Y hay también el tiempo que rueda interminable,33
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persistente, usando y cambiando,34
como piedra que cae o carreta que se desboca.35
El tiempo, muchacha, que te esconde en su pecho36
con tus manos segura y tu melena de legionaria37
y algo de tu piel que permanece;38
el tiempo, en fin, con sus armas ocultas.39
Nada nuevo.40