El Amor Eterno, Leopoldo Lugones
Deja caer las rosas y los días 1
una vez más, segura de mi huerto. 2
Aún hay rosas en él, y ellas, por cierto, 3
mejor perfuman cuando son tardías. 4Al deshojarse en tus melancolías, 5
cuando parezca más desnudo y yerto, 6
ha de guardarse bajo su oro muerto 7
las violetas más nobles y sombrías. 8No temas al otoño, si ha venido. 9
Aunque caiga la flor, queda la rama. 10
La rama queda para hacer el nido. 11Y como ahora al florecer se inflama, 12
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leño seco, a tus plantas encendido, 13
ardiente rosas te echarán en su llama. 14