Adiós para Siempre, Manuel María Flores
Adiós para siempre, mitad de mi vida,1
un alma tan sólo teníamos los dos;2
mas hoy es preciso que esta alma divida3
la amarga palabra del último adiós.4¿Por qué nos separan? ¿No saben acaso5
que pasa la vida cual pasa la flor?6
cruzamos el mundo como aves de paso...7
mañana la tumba, ¿por qué hoy el dolor?8¿La dicha secreta de dos que se adoran9
enoja a los cielos, y es fuerza sufrir?10
¿Tan sólo son gratas las almas que lloran11
al torvo destino?... ¿La ley es morir?...12¿Quién es el destino?... Te arroja a mis brazos,13
en mi alma te imprime, te infunde en mi ser,14
y bárbaro luego me arranca a pedazos15
el alma y la vida contigo... ¿por qué?16Adiós... es preciso. No llores... y parte.17
La dicha de vernos nos quitan no más;18
pero un solo instante dejar de adorarte,19
hacer que te olvide, ¿lo pueden? ¡Jamás!20Con lazos eternos nos hemos unido;21
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en vano el destino nos hiere a los dos...22
¡Las almas que se aman no tienen olvido,23
no tienen ausencia, no tienen adiós!24
Análisis
Manuel María Flores es uno de los más reconocidos representantes del Romanticismo mexicano y “Adiós para siempre”, una de sus piezas más recitadas. Forma parte de Pasionarias, el libro que agrupó buena parte de su producción poética y que conoció diversas reediciones, participando en las primeras el propio poeta.
Dicen que durante muchas décadas, los jóvenes amantes se aprendían los versos de Manuel M. Flores como una forma de dar rienda suelta a su lozana fogosidad. Y es que los poemas de este escritor nacen y mueren en el amor, pero en el amor más dramático, más auténticamente romántico. Si leemos “Adiós para siempre”, comprobaremos que en la pluma de Flores late el mismo corazón que bombeaba la sangre de los romanticistas europeos. Bécquer nos puede venir a la cabeza, fácilmente.
En esta pieza, el poeta se despide de su amada. Alguien se ha interpuesto en la relación de estos dos enamorados. Ya no podrán verse más, pero el amor sigue presente. “Adiós para siempre” es, desde el primer verso, un dramático lamento por una relación que se pierde.
Si en la primera estrofa, el yo lírico presenta la situación, en la segunda se refiere la fugacidad de la vida. “Si la vida es sufrimiento, ¿por qué no nos dejan disfrutar de lo único que merece la pena, de nuestro amor?”, parece gritar el poeta en estos versos. Más adelante lamenta, con orgullo, que su amor enfade a otros. Es cierto, la felicidad no es siempre compartida por nuestros semejantes. La sonrisa puede despertar envidias. Si alguien es feliz puede hacer más patente la desgracia de su prójimo…
En la parte final del poema, el yo lírico llega casi a maldecir su suerte. “¿Para qué disfrutar del amor, si el destino me lo arranca cuando más lo necesito?” Pero finalmente, se recupera y deja una declaración lapidaria para cerrar el poema. Nadie se interpondrá en el camino de estos dos enamorados: ni el destino, ni la suerte, ni la envidia. El amor rompe cualquier barrera, y es más fuerte que el olvido.
Ha pasado mucho tiempo. Más de siglo y medio desde que estos versos fueron escritos. Tal vez nos suenen un poco afectados, demasiado dramáticos. Hay críticos que han acusado a Manuel M. Flores de demasiado “erótico” o “afeminado”. Como si estos versos fueran solo para señoritas.
Pero hay que situar cada estilo en su contexto. “Adiós para siempre”, no es el poema más original de la historia, pero transmite la emoción que vivió una época por la poesía romántica, con poemas en los que se versaba sobre amores trágicos, en los que cada relación sentimental parecía la primera y la última.
Rubio, David. Oct., 2015. Adiós para Siempre, de Manuel María Flores. Poemario. Acceso en https://poemario.com/adios-para-siempre/
Firme con su comentario
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Abel Roca Jul., 2022
No soy conocedor de la poesía, mucho menos del romanticismo, pero esta poesía arranca sentimientos de lo más hondo del corazón.
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JUAN CARDENAS MACEDO Jun., 2022
Bendito el amor que permite dolor tan intenso, siempre será amar para más amar. En Perú le pusieron música y es un intenso yaraví, grande Manuel Flores.