Oda a la cebolla, Pablo Neruda
El color blanco de las cebollas es como una luz. Los pétalos de la cebolla parecen los pétalos de una flor. Ciertas láminas de la cebolla son casi transparentes. Esta planta crece bajo tierra y por eso no sabemos cómo será hasta arrancarla.
El poeta describe como crece la cebolla bajo tierra y, al mismo tiempo, como lo hace el tallo hacia arriba, que es lo que menos vale de la planta para él. La cebolla crece, brota y sale como si fuera Afrodita, deificando este alimento. Su belleza, blanca y rosa, está destinada, según el poeta, a ser degustada por los que menos tienen.
La cebolla deja su fragancia y sabores de la cocina, en la olla. Con aceite de freír se torna morada. Es el complemento esencial en la ensalada, que se asocia de forma amorosa con los otros ingredientes de esta. El granizo sobre la tierra es la imagen que le recuerda el ver la cebolla sobre el tomate.
La cebolla ha sido alimento imprescindible para evitar que muchos pasarán hambre y para que muchos trabajadores tuvieran algo de comer. Recalca la idea de que es un alimento que ha sido esencial para los que menos tenían. Para el poeta es tan importante que es un alimento que estará siempre en la cocina, formando parte de nuestra vida.
La cebolla, sus ácidos, nos hacen llorar cuando la cortamos, pero no es un llanto triste. Es un alimento generoso y sencillo. Para el poeta es especial por su forma, por su olor, por la belleza que tiene en sí misma. Además, absorbe la esencia de la tierra, como los perfumes, y nos la entrega a través de la comida.
Este es un gran poema de Pablo Neruda. Es increíble como de algo tan sencillo como una cebolla puede crear un poema tan bello, con tanta fuerza, que nos haga sentir de la misma manera el olor y el sabor de este alimento y, al mismo tiempo, introduce esa parte social, pedagógica de lo que ha significado este alimento en muchos momentos de la historia de muchos países.
Cuando acabamos de leer este poema somos capaces de visionar lo que el poeta quiere decir, sentimos cómo está planta crece en el interior de la tierra, como se prepara en diferentes recetas y como ha sido un alimento que ha salvado vidas.
Poema original: Oda a la cebolla
Cebolla, 1
luminosa redoma, 2
pétalo a pétalo 3
se formó tu hermosura, 4
escamas de cristal te acrecentaron 5
y en el secreto de la tierra oscura 6
se redondeó tu vientre de rocío. 7
Bajo la tierra 8
fue el milagro 9
y cuando apareció 10
tu torpe tallo verde, 11
y nacieron 12
tus hojas como espadas en el huerto, 13
la tierra acumuló su poderío 14
mostrando tu desnuda transparencia, 15
y como en Afrodita el mar remoto 16
duplicó la magnolia 17
levantando sus senos, 18
la tierra 19
así te hizo, 20
cebolla, 21
clara como un planeta, 22
y destinada 23
a relucir, 24
constelación constante, 25
redonda rosa de agua, 26
sobre 27
la mesa 28
de las pobres gentes. 29Generosa 30
deshaces 31
tu globo de frescura 32
en la consumación 33
ferviente de la olla, 34
y el jirón de cristal 35
al calor encendido del aceite 36
se transforma en rizada pluma de oro. 37También recordaré cómo fecunda 38
73
tu influencia el amor de la ensalada, 39
y parece que el cielo contribuye 40
dándole fina forma de granizo 41
a celebrar tu claridad picada 42
sobre los hemisferios del tomate. 43
Pero al alcance 44
de las manos del pueblo, 45
regada con aceite, 46
espolvoreada 47
con un poco de sal, 48
matas el hambre 49
del jornalero en el duro camino. 50
Estrella de los pobres, 51
hada madrina 52
envuelta 53
en delicado 54
papel, sales del suelo, 55
eterna, intacta, pura 56
como semilla de astro, 57
y al cortarte 58
el cuchillo en la cocina 59
sube la única lágrima 60
sin pena. 61
Nos hiciste llorar sin afligirnos. 62
Yo cuanto existe celebré, cebolla, 63
pero para mí eres 64
más hermosa que un ave 65
de plumas cegadoras, 66
eres para mis ojos 67
globo celeste, copa de platino, 68
baile inmóvil 69
de anémona nevada 70
y vive la fragancia de la tierra 71
en tu naturaleza cristalina. 72