El primero es Gonzalo de Berceo llamado,1
Gonzalo de Berceo, poeta y peregrino,2
que yendo en romería acaeció en un prado,3
y a quien los sabios pintan copiando un pergamino.4

Trovó a Santo Domingo, trovó a Santa María,5
y a San Millán, y a San Lorenzo y Santa Oria,6
y dijo: Mi dictado non es de juglaría;7
escrito lo tenemos; es verdadera historia.8

Su verso es dulce y grave; monótonas hileras9
de chopos invernales en donde nada brilla;10
renglones como surcos en pardas sementeras,11
y lejos, las montañas azules de Castilia.12

Él nos cuenta el repaire del romeo cansado;13
leyendo en santorales y libros de oración,14
copiando historias viejas, nos dice su dictado,15
mientras le sale afuera la luz del corazón.16

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