Las uvas del tiempo, Andrés Eloy Blanco
Madre: esta noche se nos muere un año.1
En esta ciudad grande, todos están de fiesta;2
zambombas, serenatas, gritos, ¡ah, cómo gritan!;3
claro, como todos tienen su madre cerca...4
¡Yo estoy tan solo, madre,5
tan solo!; pero miento, que ojalá lo estuviera;6
estoy con tu recuerdo, y el recuerdo es un año7
pasado que se queda.8
Si vieras, si escucharas esta alboroto: hay hombres9
vestidos de locura, con cacerolas viejas,10
tambores de sartenes,11
cencerros y cornetas;12
el hálito canalla13
de las mujers ebrias;14
el diablo, con diez latas prendidas en el rabo,15
anda por esas calles inventando piruetas,16
y por esta balumba en que da brincos17
la gran ciudad histérica,18
mi soledad y tu recuerdo, madre,19
marchan como dos penas.20Esta es la noche en que todos se ponen21
en los ojos la venda,22
para olvidar que hay alguien cerrando un libro,23
para no ver la periódica liquidación de cuentas,24
donde van las partidas al Haber de la Muerte,25
por lo que viene y por lo que se queda,26
porque no lo sufrimos se ha perdido27
y lo gozado ayer es una perdida.28Aquí es de la tradición que en esta noche,29
cuando el reloj anuncia que el Año Nuevo llega,30
todos los hombres coman, al compas de las horas,31
las doce uvas de la Noche Vieja.32
Pero aquí no se abrazan ni gritan: ¡FELIZ AÑO!,33
como en los pueblos de mi tierra;34
en este gozo hay menos caridad; la alegría35
de cada cual va sola, y la tristeza36
del que está al margen del tumulto acusa37
lo inevitable de la casa ajena.38¡Oh nuestras plazas, donde van las gentes,39
sin conocerse, con la buena nueva!40
Las manos que se buscan con la efusión unánime41
de ser hormigas de la misma cueva;42
y al hombre que está solo, bajo un árbol,43
le dicen cosas de honda fortaleza:44
«¡Venid compadre, que las horas pasan;45
pero aprendamos a pasar con ellas!»46
Y el cañonazo en la Planicie,47
y el himno nacional desde la iglesia,48
y el amigo que viene a saludarnos:49
«feliz año, señores», y los criados que llegan50
a recibir en nuestros brazos51
el amor de la casa buena.52Y el beso familiar a medianoche:53
«La bendición, mi madre»54
«Que el Señor la proteja...»55
Y después, en el claro comedor, la familia56
congregada para la cena,57
con dos amigos íntimos, y tú, madre, a mi lado,58
y mi padre, algo triste, presidiendo la mesa.59
¡Madre, cómo son ácidas60
las uvas de la ausencia!61¡Mi casona oriental! Aquella casa62
con claustros coloniales, portón y enredaderas,63
el molino de viento y los granados,64
los grandes libros de la biblioteca65
—mis libros preferidos: tres tomos con imágenes66
que hablaban de los reinos de la Naturaleza—.67
Al lado, el gran corral, donde parece68
que hay dinero enterrado desde la Independencia;69
el corral con guayabos y almendros,70
el corral con peonías y cerezas71
y el gran parral que daba todo el año72
uvas más dulces que la miel de las abejas.73Bajo el parral hay un estanque;74
un baño en ese estanque sabe a Grecia;75
del verde artesonado, las uvas en racimos,76
tan bajas, que del agua se podría cogerlas,77
y mientras en los labios se desangra la uva,78
los pies hacen saltar el agua fresca.79Cuando llegaba la sazón tenía80
cada racimo un capuchón de tela,81
para salvarlo de la gula82
de las avispas negras,83
y tenían entonces84
una gracia invernal las uvas nuestras,85
arrebujadas en sus talas blancas,86
sordas a la canción de las abejas...87Y ahora, madre, que tan sólo tengo88
las doce uvas de la Noche Vieja,89
hoy que exprimo las uvas de los meses90
sobre el recuerdo de la viña seca,91
siento que toda la acidez del mundo92
se está metiendo en ella,93
porque tienen el ácido de lo que fue dulzura94
las uvas de la ausencia.95Y ahora me pregunto:96
¿Por qué razón estoy yo aquí? ¿Qué fuerza pudo97
más que tu amor, que me llevaba98
a la dulce aninomia de tu puerta?99
¡Oh miserable vara que nos mides!100
¡El Renombre, la Gloria..., pobre cosa pequeña!101
¡Cuando dejé mi casa para buscar la Gloria,102
cómo olvidé la Gloria que me dejaba en ella!103Y esta es la lucha ante los hombres malos104
y ante las almas buenas;105
yo soy un hombre a solas en busca de un camino.106
¿Dónde hallaré camino mejor que la vereda107
que a ti me lleva, madre; la verdad que corta108
por los campos frutales, pintada de hojas secas,109
siempre recién llovida,110
con pájaros del trópico, con muchachas de la aldea,111
hombres que dicen: «Buenos días, niño»,112
y el queso que me guardas siempre para merienda?113
Esa es la Gloria, madre, para un hombre114
que se llamó fray Luis y era poeta.115¡Oh mi casa sin cítricos, mi casa donde puede116
mi poesía andar como una reina!117
¿Qué sabes tú de formas y doctrinas,118
de metros y de escuela?119
Tú eres mi madre, que me dices siempre120
que son hermosos todos mis poemas;121
para ti, soy grande; cuando dices mis versos,122
yo no sé si los dices o los rezas...123
¡Y mientras exprimimos en las uvas del Tiempo124
toda una vida absurda, la promesa125
de vernos otra vez se va alargando,126
y el momento de irnos está cerca,127
y no pensamos que se pierde todo!128
¡Por eso en esta noche, mientras pasa la fiesta129
y en la última uva libo la última gota130
del año que se aleja,131
pienso en que tienes todavía, madre,132
retazos de carbón en la cabeza,133
y ojos tan bellos que por mí regaron134
su clara pleamar en tus ojeras,135
y manos pulcras, y esbeltez de talle,136
donde hay la gracia de la espiga nueva;137
que eres hermosa, madre, todavía,138
y yo estoy loco por estar de vuelta,139
porque tú eres la Gloria de mis años140
y no quiero volver cuando estés vieja!...141Uvas del Tiempo que mi ser escancia142
en el recuerdo de la viña seca,143
¡cómo me pierdo, madre, en los caminos144
hacia la devoción de tu vereda!145
Y en esta algarabía de la ciudad borracha,146
donde va mi emoción sin compañera,147
mientras los hombres comen las uvas de los meses,148
yo me acojo al recuerdo como un niño a una puerta.149
Mi labio está bebiendo de tu seno,150
que es el racimo de la parra buena,151
el buen racimo que exprimí en el día152
sin hora y sin reloj de mi inconsciencia.153Madre, esta noche se nos muere un año;154
162
todos estos señores tienen su madre cerca,155
y al lado mío mi tristeza muda156
tiene el dolor de una muchacha muerta...157
Y vino toda la acidez del mundo158
a destilar sus doce gotas trémulas,159
cuando cayeron sobre mi silencio160
las doce uvas de la Noche Vieja.161
Análisis
El poeta sitúa el poema en un fin de año, en el que hay un contraste entre la felicidad que hay afuera con la fiesta y la jarana y, por otro lado, la tristeza por el recuerdo de la pérdida de la madre. Está solo pero se sienta acompañado por su presencia, por esa mujer que lo trajo al mundo y a la que adora. Conversa con ella y le describe la algarada y la felicidad de la celebración, los disfraces, el alcohol y el desenfreno. Sin embargo sus sentimientos son otros.
La segunda estrofa nos habla de cómo las personas marcan un año más en la vida con la celebración de fin de año, mientras que el poeta lo ve como un año menos para la muerte. Intenta no pensar en la pérdida, en lo que no ha vivido, en las oportunidades perdidas, en el dolor.
La tercera estrofa hay una descripción detallada de la tradición, de cómo se toman las uvas con las campanadas y aparece un nuevo contraste: la felicidad empañada por la pérdida. En la siguiente estrofa, sin embargo, de cómo el pueblo lo celebra de otro modo: todo derroche felicidad, cordialidad, el compartir con los desconocidos la entrada de un nuevo año e incluso se busca al solitario para integrarlo en la fiesta. A nadie se le deja sólo. Todos celebran las tradiciones y símbolos que los unen, como el himno nacional.
En una nueva estrofa aparece un recuerdo, una rememoración de una cena de fin de año cuando la madre todavía estaba viva. La presencia del padre, triste, ya parece indicarnos la realidad de una muerte cercana. Momentos de cariño, de intimidad familiar junto con unos amigos. Este recuerdo se torna ácido al volver al tiempo presente y sentir la falta.
A partir de aquí un par de estrofas nos hacen visualizar el recuerdo de la antigua casa familiar, estilo oriental. No sólo destaca la majestuosidad de la estructura, su biblioteca y sus terrenos que la bordean. Destaca un parral donde crecían las uvas y su sabor aún está en el recuerdo del poeta. A continuación hay una ensoñación, una imagen que se asemeja a los dibujos de las bacanales griegas y al agua, transmitiéndonos esa sensación de frescor y renovación.
Continúa describiendo el cuidado y la protección de la parra, como si fuera la propia madre que lo estuviera protegiendo. Para intensificar esta idea, utiliza a las abejas que buscan las uvas para alimentarse y éstas están tapadas con capuchones blancos como una referencia al invierno, la tristeza, al recuerdo.
Pero del recuerdo pasa de nuevo la realidad y cada uva es una metáfora del paso del tiempo, de cada mes que hace que la madre ha muerto. El amor hacia ella hace que su ausencia lo vuelva todo ácido y melancólico. En la siguiente estrofa el poeta se arrepiente de haberse marchado de la casa y dejar sola a su madre, buscando fuera algo que ya tenía. Se siente perdido porque su madre era su punto de apoyo, su primavera, su casa y su vida.
En la estrofa final nos hace sentir que sin ella es como si no tuviera nada. Necesita ese amor incondicional de quien le hacía sentir que todo lo que la hacía era maravilloso. Desea estar con ella, morir, pero la muerte los ha separado. Vuelve nuevamente al momento de la toma de las uvas. Es entonces cuando nos presenta a su madre como una mujer joven, bella, sana, alegre y hermosa y es ese recuerdo el que quiere tener, apartando de su memoria la vejez y la enfermedad.
Su madre está siempre presente, como la divinidad y él se siente como un devoto una virgen, su madre. Hay un deseo, un anhelo de volver a ser niño y volver a estar entre los brazos de ella. Venacer para volver a vivir nuevos recuerdos.
En la última estrofa un año nuevo bien, otro ha pasado se ha muerto y es este que tiene presente porque es el tiempo que ha estado sin la presencia de su madre. Otro silencio, tristeza y la acidez de un recuerdo que transformado productor de las uvas y el recuerdo de su casa familiar.
Marín, Susana. May., 2014. Las uvas del tiempo, de Andrés Eloy Blanco. Poemario. Acceso en https://poemario.com/las-uvas-del-tiempo/
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JORGE TRUJILLO Dic., 2023
Madre está noche se nos muere un año pero nace la esperanza de un destino increíble para VENEZUELA…..EL RESCATE DE NUESTRA DEMOCRACIA Y LIBERTAD
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Jorge Suárez Dic., 2022
Saludos desde Venezuela,un icono de la poesía Venezolana los 31 de diciembre antes de las 12.00 de la noche todas las radios la colocan es que es una tradicion Venezolana.
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Jesús Salvador Martínez Atencio Dic., 2022
El poema “Las Uvas del Tiempo” del célebre poeta venezolano Andrés Eloy Blanco Meaño, se presenta aquí subdividido en 14 versos. Quisiera saber si esa subdivisión fue realizada por el autor o a criterio de quienes dirigen este hermoso sitio de la Web que lleva por nombre “POEMARIO”?
Quisiera hacer la siguientes observaciones, con respecto al contenido del poema:
1. En la linea 27 del verso número 2, se dice: “porque no lo sufrimos se ha perdido” frase que, a mi parecer, carece de sentido. Luis Edgardo Ramírez, cuando recita ese poema, hace un cambio en esa frase y el cambio parece más lógico y razonable. El dice: “porque lo que sufrimos se ha perdido” para rematar con: “y lo gozado ayer es una pérdida”.
2. En el verso numerado como el 10, hay una palabra extraña, que no aparece en el diccionario de la RAE. Es la palabra “aninomia” la cual aparece escrita en la linea 99. Esta palabra es cambiada por Luis Edgardo Ramírez por “anonimia”, la cual si existe en el diccionario de la RAE y parece tener más sentido en el contexto en el cual es utilizada:
¿Qué fuerza pudo más que tu amor? Que me llevaba a la dulce anonimia de tu puerta…” El significado de la palabra “anonimia” es: Caracter o condición de anónimo (Que no lleva el nombre del autor). Podría haber querido referirse el poeta a la puerta sin nombre o sin número de la casa materna. La puerta desconocida o sin renombre de la casa de su madre, a quien escribe el poema.