Bajo continuo, Ketty Alejandrina Lis

A Marta Cwielong

La tarde parece andar morosa en el Torreón del Monje1
luego un lago2
lejos3
lujo del verano4
en el rosal solitario calle abajo5
varilla de ámbar encendida por el mar cercano y rumoroso6
y arriba7
vaho y vida entre los músculos8
olor salobre9
áspero.10
La tarde parece patinada en ocre11
por un fogoso foco que espléndido circunda el círculo lunar12
más allá de la escala que espera para alzar su vuelo sin un rumbo estable13
subida al velamen de los barcos.14
Cerca15
un chiquillo solitario16
el sueño suave17
la cara sucia18
tristeza19
en la fotografía de la adolescente20
con sombrilla de encajes y pamela blanca21
y un caballo22
galopando al conjuro liviano de los bosques23
su espíritu herido de morado en la serena blandura de la arena.24
Lo salvaje del caballo se estremece25
se asoma a una casi noche enrojecida26
donde debiera lucir el arcoiris27
para esta joven que mira desde un pasado sin retorno.28
Dónde habrán ido sus criterios29
dónde sus contradicciones30
porque bien pudo compartir31
el rígido ritual de la mesa familiar32
y hacer secretamente el amor a la hora de la siesta33
al amparo de los árboles del parque34
del agua clara saltarina de la fuente35
en un “palacio entre luz humosa.”36
Es posible también que haya celebrado su boda ante un altar37
abarrotado de figuras38
a veces valiosa presencia de lo artístico39
siempre inútiles40
y ser una elegante dama en Buenos Aires, Londres o París41
aunque su cuerpo se ha desintegrado igual42
con la custodia de un ángel de mármol de Carrara43
comprado carísimo en Italia.44
Perdió de todos modos la burbuja del misterio45
lloró de todos modos la huida del misterio46
al entrar en los sueños dulces47
turbios48
que en las mañanas se deshacen.49
Fue ciertamente hermosa y quizá murió muy joven50
o quizá soportó la ancianidad cegando el cristal de sus espejos.51
¿Su libro preferido habrá sido la romántica historia de María?52
Por qué la taiga si hasta ayer parecía florecer la primavera53
prometiendo sembrar un ramo de jazmín54
sobre sus párpados55
¿Tal vez pudo internarse56
en la profunda y bella fronda de La Sonata a Kreutzer?57
Es posible que en algún momento un ojo zarco detrás de los azogues58
espesa tundra interna59
demiurgo en sí60
haya escuchado el latido del océano61
presumiendo62
apresurando63
la certeza de que no había demasiadas diferencias64
salvo una simple y lineal cuestión de circunstancias65
con aquella muchachita marchita y tan callada66
a quien le regalaba sus prendas de interior67
algunas de sus blusas68
algunas de sus faldas69
y sus zapatos viejos.70
Su sola transparencia71
cardo ancestral72
perdida zarzamora73
sólo puede mirar el andar bullicioso las madrugadas74
asomada al paredón interminable de la Recoleta.75
Es posible76
77
imaginar en ese rostro terso de la adolescente78
fotografiada con sombrilla de encajes y pamela blanca79
rojas ramas en el roble80
que sostienen la saliva volátil de los vivos81
la soledad esteparia de los muertos82
aunque la magnitud del tiempo se pierda sin consuelo83
en la zona movediza de un desierto fugaz84
donde la historia de cada historia personal se esfuma85
en la hora del estruendo sin estruendo86
en la hora del silencio con silencio87
en los bordes imprecisos de la noche88
madrugada al caer89
mientras los arbolitos de la calle están sin sus tutores90
esqueletos de hierro91
pintados sin imaginación de negro92
basural de latas vacías de cerveza o coca cola.93
Tristeza94
galope fantasmal en la fotografía de la joven95
que alguna vez caminó por las mismas veredas que nosotros96
pura transparencia hoy su rostro97
a pesar de la bella sombrilla de encajes y la pamela blanca.98

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