Territorio, Lucas Castillo

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Este cuerpo que habito sin queja1
es un mapa de luchas y gloria,2
cada cicatriz es una madeja3
que me recuerda mi propia historia.4

No es templo ni cárcel: es frontera,5
es campo fértil, a veces en guerra,6
es piel que florece en primavera7
y se endurece cuando la vida yerra.8

Hay en mis manos memoria viva9
de caricias, de trabajos, de adiós,10
en mi espalda, la carga altiva11
de lo que soporté sin un “por qué” o “por dos”.12

Mis pies conocen mil caminos,13
y aunque algunos me hicieron caer,14
se alzaron, tercos, sin destinos,15
sólo por no dejar de creer.16

Mi pecho guarda las tempestades,17
el amor, el miedo y la pasión,18
y late con mil verdades19
aunque se rompa por compasión.20

Este cuerpo es mío, y lo celebro,21
con todas sus curvas y fallos,22
con cada gramo de lo que integro23
como se honra un barco sin astrolabio.24

Me niego a odiarlo por los daños,25
por lo que otros no supieron ver,26
porque él me dio tantos años27
de aprender lo que es renacer.28

No hay piel que no hable, que no diga,29
que no reclame su dignidad,30
mi cuerpo es mi única liga31
a este mundo, mi verdad.32

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