La saeta, Antonio Machado

¡Oh, la saeta, el cantar1
al Cristo de los gitanos,2
siempre con sangre en las manos,3
siempre por desenclavar!4
¡Cantar del pueblo andaluz,5
que todas las primaveras6
anda pidiendo escaleras7
para subir a la cruz!8
¡Cantar de la tierra mía,9
que echa flores10
al Jesús de la agonía,11
y es la fe de mis mayores!12
¡Oh, no eres tú mi cantar!13
¡No puedo cantar, ni quiero14
a ese Jesús del madero,15
sino al que anduvo en el mar!16

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Análisis

Campos de Castilla es un poemario de Antonio Machado publicado por primera vez en 1912, cuando su autor tenía treinta y seis años de edad. En este libro, el poeta cambió su pasado imbuido del simbolismo parisino y puso de manifiesto su condición de escritor perteneciente a la llamada Generación del 98. El volumen incluía cincuenta y cuatro poemas que Machado había venido componiendo desde 1908 y que se organizaban en cinco grupos temáticos, como constatado en el índice original.


Índice de la obra Campos de Castilla, de 1912, que en versiones siguientes amplió sus páginas para incluir, entre otras piezas, el poema de La Saeta

Unamuno alabó este poemario en un artículo que publicó en el diario La Nación de Buenos Aires. Lo mismo hicieron Azorín, en el diario ABC de Madrid, y Ortega, en el suplemento literario de El Imparcial, también de Madrid. La siguiente edición de Campos de Castilla se realizó en 1917, ya formando parte de las Poesías completas de Machado. En ella, el autor incorporó nuevos poemas, e hizo lo mismo en nuevas versiones. Así es que, en la edición de 1936, los cincuenta y cuatro poemas iniciales habían pasado a ser ciento veintitrés, los Proverbios y cantares habían aumentado de veintinueve a cincuenta y tres y los Elogios de dos, uno para Unamundo en relación con su libro Vida de Don Quijote y Sancho y otro para Jiménez por su trabajo Arias tristes, a doce.

Rubén Darío, con quien Machado desarrolló una cercana amistad, había calificado al poeta español como «misterioso y silencioso». En efecto, sobre la base de su libro anterior Soledades. Galerías. Otros poemas (1907), Machado era generalmente considerado un escritor aferrado a la estética del simbolismo de Mallarmé y Verlaine, y sumido en un lirismo practicado con una prudencia que casi era timidez. Pero la crítica erudita ha visto en Campos de Castilla una notable transformación «hacia un poeta nuevo que no teme expresar con contundencia sus juicios. Se manifiesta al fin, sin adornos, el Machado ético, regeneracionista y patriótico». (Wikipedia, Campos de Castilla. Consultado el 24-8-2023).

Se llama saeta un tipo de canto religioso que se canta principalmente en las procesiones españolas de la Semana Santa, sobre todo en Andalucía (especialmente, en Sevilla) y en ciertos lugares de Murcia, Extremadura y Castilla-La Mancha. Estas procesiones de la religión católica se iniciaron en el siglo XVI y dieron lugar al nacimiento y el desarrollo de un género escultórico específico: el de los pasos de Semana Santa. Un paso es una efigie o grupo que representa un suceso de la pasión de Cristo y que se saca en procesión desde el domingo de Ramos hasta el domingo de Resurrección. También se llama paso cada uno de los sucesos más notables de la pasión de Jesucristo. Los costaleros, dirigidos por un capataz, cargan el paso recorriendo las calles de la parroquia entre el público que acude a presenciar la ceremonia y seguidos por largas filas de feligreses. En algún momento del itinerario, al pasar la imagen escultórica de la procesión, un saetero comienza a cantar, generalmente sin acompañamiento instrumental y situado en el balcón bajo de un edificio. En ese momento, el capataz del paso manda detenerse a la cuadrilla de costaleros hasta que finalice el canto de la saeta. El saetero puede ser un profesional contratado por la cofradía que realiza la procesión o, simplemente, un espontáneo vecino devoto. En algunas poblaciones de España, la saeta es cantada colectivamente por miembros de la cofradía que la preparan en reuniones previas.

El poema La saeta está incluido en el poemario Campos de Castilla y participa de las características propias de un escritor de la llamada Generación del 98. El escritor e historiador argentino Augusto Gayubas, en su ensayo Generación del 98 (2023), dice:

La generación del 98 fue un movimiento literario y cultural que predominó en España durante las primeras décadas del siglo XX. Estuvo integrado por un grupo de escritores, poetas y pensadores españoles que nacieron durante las décadas de 1860 y 1870 y que se vieron afectados moral e intelectualmente por la derrota de España en la Guerra hispano-estadounidense.
[…]
En general, sus exponentes asumieron una postura crítica ante las normas sociales y la situación política de la época. Al mismo tiempo, buscaron romper con las formas clásicas y conservadoras de la literatura. El resultado fue el despertar de una conciencia nacional en el pensamiento y la literatura, así como el abandono de estilos clásicos y realistas a favor de un lenguaje más sencillo y de un interés por el paisaje de los pueblos de España.

Entre otros, formaron parte de esta generación Miguel de Unamuno, Ramiro de Maetzu, Pío Baroja, Vicente Blasco Ibáñez, Valle-Inclán y los hermanos Antonio y Manuel Machado.

En los versos de La saeta, Antonio Machado expone su visión personal de la religión. A este respecto, en una breve Autobiografía de 1913, es decir, en el año siguiente a la publicación de Campos de Castilla, escribió:

Estimo oportuno combatir a la Iglesia católica y proclamar el derecho del pueblo a la conciencia y estoy convencido de que España morirá por asfixia espiritual si no rompe ese lazo de hierro. Para ello no hay más obstáculos que la hipocresía y la timidez. Ésta no es una cuestión de cultura —se puede ser muy culto y respetar lo ficticio y lo inmoral— sino de conciencia. La conciencia es anterior al alfabeto y al pan.

En este poema, Machado manifiesta su repudio a la imagen del Cristo que sufre en la cruz. Él prefiere «al que anduvo en el mar», al Jesús hombre que predicó e hizo milagros, y no la imagen del Cristo sangrante que prolifera en la Semana Santa.

El escritor español y periodista del ABC de Sevilla Andrés González Barba, en su artículo «La saeta», la Semana Santa vista por Machado (21-2-2014), dijo:

Este famoso poema fue musicado posteriormente por Joan Manuel Serrat, dándole un carácter universal cuando publicó su disco Dedicado a Antonio Machado, poeta, en 1969. Esta música de Serrat se adaptó años más tarde como marcha procesional. […] En la Cuaresma de 1988, la Agrupación Musical de Jesús Despojado la interpretó en una salida extraordinaria de este Cristo por el 50 aniversario fundacional. La marcha sonó justo enfrente de la puerta de la iglesia de San Román, antigua sede de la hermandad de Los Gitanos. Al año siguiente la grabaron en un disco y esta versión fue ya la que se hizo mundialmente famosa, […] siendo actualmente una de las marchas más tocadas en toda Andalucía.

Por su parte, el escritor, investigador y crítico literario español José Sarria, en su ensayo El pensamiento crítico de Antonio Machado en el poema «La saeta» (2014), dijo:

En el poema (que más que saeta es una antisaeta), Machado asume una determinante crítica y toma posicionamiento frente a la religiosidad tradicional andaluza. El poeta se distancia nítidamente de la idolatría folclórica y del culto a la muerte, haciendo un juicio a la saeta que canta a un Cristo moribundo e inmóvil.
  ¡Cantar de la tierra mía
  que echa flores
  al Jesús de la agonía
  y es la fe de mis mayores!
  ¡Oh, no eres tú mi cantar!

Machado prefiere al Jesús vivo y activo, como declara en la última estrofa del poema para afirmar su particular fe en la vida:
  ¡No puedo cantar, ni quiero,
  a ese Jesús del madero,
  sino al que anduvo en el mar!

Machado inicia su poema con el texto de una saeta popular. A continuación, escribe su propia saeta en dieciséis versos octosílabos (salvo el verso 10, que es tetrasílabo), conformados por cuatro grupos de cuatro versos cada uno. El primer, segundo y cuarto grupo son redondillas (rima ABBA) y el tercero es una cuarteta (rima ABAB). En el primer verso de cada estrofa aparece la palabra «cantar», lo cual otorga musicalidad al poema y le da sentido de unidad. Los encabalgamientos favorecen la fluidez del discurso poético. El lenguaje es sencillo y no está perturbado por las figuras retóricas, de las cuales se destacan la anáfora «siempre» de los versos 3 y 4, la metonimia «todas las primaveras», la anáfora del verso inicial de las estrofas segunda y tercera («¡Cantar del pueblo andaluz,…!» / «¡Cantar de la tierra mía…!») y la metonimia «a ese Jesús del madero».

Nota de Javier Collazo.

Collazo, Javier. Sep., 2023. La saeta, de Antonio Machado. Poemario. Acceso en https://poemario.com/saeta/

Ejemplos de figuras literarias en La saeta

Figuras literarias Ejemplos Descripción
Metáfora "siempre con sangre en las manos" Esta expresión se utiliza como metáfora para describir el sufrimiento y sacrificio de Jesucristo en la cruz.
Anáfora "¡Cantar del pueblo andaluz... ¡Cantar de la tierra mía" La repetición de "¡Cantar" al comienzo de los versos enfatiza la importancia del canto en la cultura y la fe del pueblo.
Elipsis "que echa flores al Jesús de la agonía" Se omite información sobre cómo el pueblo expresa su devoción a Jesucristo, dejando al lector inferir los detalles de su fe y prácticas religiosas.
Metonimia "la fe de mis mayores" Esta expresión se usa para referirse a la tradición religiosa y la herencia cultural del pueblo andaluz, transmitida de generación en generación.
Hipérbole "siempre por desenclavar" El uso de "siempre" exagera la idea del sufrimiento constante de Jesucristo en la cruz y la devoción del pueblo que busca aliviar su dolor.
Metáfora "sino al que anduvo en el mar" Esta expresión es una metáfora que se refiere a Jesucristo en su papel de líder espiritual y maestro, caminando sobre las aguas, en lugar de la figura sufriente en la cruz.


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  • Agustín Torralba Jun., 2023

    Siendo Machado andaluz, además de la referencia al sufrimiento del Cristo y a la misericordia del pueblo que quiere desenclavarlo, hay creo, una referencia al pueblo gitano al que la Iglesia condena por no ir a adorar a Dios en la Santa Misa donde está Jesús crucificado, sino el preferir cantarle al Dios vivo, el que con ellos camina en sus largos peregrinajes.

  • J. García Abr., 2023

    Las palabras recrean vívidamente las memorias del poeta con un apego arraigado a la tradición de su pueblo. Y como un grito de pena y compasión a Cristo por sus sufrimientos, prefiere cantar a su memoria “en la Mar”… Dónde caminó sobre el agua y paró tempestades.

  • Teófila May., 2022

    Más que una saeta, ese poema es una reflexión religiosa, una interrogación sobre las creencias, cosa frecuente en Antonio Machado cuya reflexión sobre la Fé siempre está llena de dudas. esta Saeta me trae a la memoria el poema XXXIV de Proverbios y Cantares : Yo amo a Jesús, que nos dijo:
    Cielo y Tierra pasarán.
    Cuando cielo y tierra pasen
    mi palabra quedará.
    ¿Cuál fue, Jesús, tu palabra?
    ¿Amor? ¿Perdón? ¿Caridad?
    Todas tus palabras fueron
    una palabra: Velad